La llegada del papa Francisco al Santuario Nacional de Aparecida, el mayor templo de Brasil, dedicado a la patrona del país, emocionó profundamente hoy a las miles de personas que lo esperaban desde temprano.
Cientos de personas con lágrimas en los ojos, otras visiblemente conmocionadas y numerosos fieles cantando y coreando el nombre de Francisco se encontraban a lo largo de todo el recorrido que el Pontífice hizo en el papamóvil entre el helipuerto del propio santuario y la basílica.
“No es cualquier día que uno puede ver un Papa, especialmente a uno tan carismático y tan comprometido con los pobres”, dijo a Efe la brasileña Maria Silva, una de las miles de peregrinas que, protegidas de la lluvia con paraguas y capas plásticas, se concentraron desde temprano en el extenso estacionamiento del mayor santuario brasileño.
El paso del papamóvil fue saludado por banderas de diferentes estados brasileños y de algunos países iberoamericanos, así como por las voces de miles de personas que aguardaban bajo la lluvia, incluso en lugares desde los que difícilmente tendrán visión del altar de la Plaza de los Apóstoles.
Al igial que hizo el lunes al llegar a Río de Janeiro, Francisco utilizó en Aparecida un papamóvil sin blindaje, cubierto en la parte superior pero destapado en las laterales.
A diferencia de Río, en donde el pueblo se volcó a la calle y pudo aproximarse a pocos centímetros del papamóvil, en Aparecida una valla metálica separaba a los fieles, que tan sólo podían ver y saludar desde unos tres metros de distancia.
La barrera no impidió que Francisco le ordenase a su conductor que detuviera el vehículo en dos oportunidades para poder besar en la cabeza y bendecir a niños que le fueron acercados por sus guardaespaldas.
Al menos 200.000 personas son esperadas hoy en esta pequeña ciudad de 35.000 habitantes, pero sólo 15.000 podrán ingresar a la basílica dedicada a Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil, que tiene capacidad para 30.000 personas.
Otra gran parte de los fieles podrá seguir la misa por las pantallas gigantes instaladas en los estacionamientos de la basílica y podrá ver a Francisco cuando salga a la Plaza de los Apóstoles para bendecir a la multitud.
La de hoy será la tercera visita de un Papa a Aparecida, el mayor centro de peregrinación del país con mayor número de católicos en el mundo y que es visitado anualmente por cerca de once millones de personas.
Juan Pablo II visitó el santuario en 1980 y Benedicto XVI en 2007, cuando coincidió en la ciudad con el entonces cardenal y arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, en la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana.
Tras orar en privado frente a la imagen de la Patrona de Brasil, de celebrar la misa en la basílica y de bendecir a la multitud, Francisco realizará un pequeño recorrido en “Papamóvil” hasta el Seminario Bom Jesús, en donde almorzará y se reunirá en privado con varios religiosos. EFE