Un millar de mujeres, organizadas en la Red de Trabajadoras Sexuales, decidieron abrir una oficina en Managua desde la cual demandarán el respeto a sus derechos, sobre todo cuando sean objeto de agresiones por parte de clientes y de la policía.
“La idea de abrir la oficina, es avanzar más en los pasos que hemos dado para que se nos respete como un trabajador más, porque hemos venido sufriendo violencia por ser mujeres y más por ser trabajadoras sexuales”, dijo a la AP María Dávila, coordinadora de Redetrasex.
La oficina se ubica al noreste de Managua. Es un local pequeño que no tiene muebles y en su interior solo se encuentran Dávila, un sicólogo y un encargado de finanzas.
“Con esto no buscamos promover el trabajo sexual sino velar porque se nos respete en nuestra labor y que se entienda que no tenemos porqué ser maltratadas e indiscriminadas, porque nuestro trabajo es como cualquier otro”, indicó.
Redtrasex, que forma parte de la red latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras Sexuales, está integrada por las organizaciones de trabajadoras sexuales denominadas “Golondrinas” y “Girasoles”. Luego de varios años de lucha lograron que el año pasado el Parlamento nicaragüenses les diera reconocimiento legal con su personalidad jurídica con lo cual han empezado a gestionar apoyo externo.
“Nuestra lucha ha sido de a poco, comenzamos en 2007 en busca de que se nos reconociera como trabajadoras con derechos y caminando despacito, pero seguro lo hemos venido logrando”, explicó la representante de Redetrasex.
Dijo que el maltrato que sufren viene de clientes que buscan servicios, de los dueños de los lugares en que trabajan y de oficiales de la policía que las ofenden y se burlan de ellas cuando interponen denuncias.
“Nos dicen que nosotros nos buscamos lo que nos hacen los clientes y no dan paso a nuestras denuncias”, relató Dávila. La jefa de la policía, comisionada Aminta Granera, admitió hace un año que algunos oficiales de la institución habían caído en el irrespeto hacia las trabajadoras sexuales y pidió disculpas por ello. “Fue un gran paso de parte de ella”, reconoció Dávila. The Associated Press