Santiago de Compostela ultima el funeral que se celebrará este lunes en honor a las 79 víctimas del descarrilamiento de tren en España, después de que el conductor del convoy quedara en libertad con cargos por homicidio imprudente.
En la catedral de la conocida ciudad de peregrinaje y en la adyacente gran plaza del Obradoiro, muchas personas ya empezaron el mismo jueves a rendir un espontáneo homenaje a las víctimas depositando flores, velas, notas manuscritas y ofrendas a Santiago Apóstol, patrón de la región.
Después de que durante el fin de semana se celebraran los primeros entierros en diferentes pueblos de España, este lunes a las 19H00 (17H00 GMT) se rendirá homenaje oficial a todas ellas con un funeral en la catedral de Santiago, el punto final del viaje que cada año realizan cientos de peregrinos católicos.
El jefe de gobierno español Mariano Rajoy, el príncipe heredero Felipe, su esposa Letizia y la hija mayor del rey, la infanta Elena, asistirán a la ceremonia oficiada por el arzobispo de Santiago.
Los memoriales y el duelo comparten protagonismo con la investigación de las causas de la tragedia que apuntan principalmente al exceso de velocidad del convoy.
Francisco José Garzón Amo, de 52 años y conductor desde el año 2003, fue imputado el domingo por “79 delitos de homicidio todos ellos cometidos por imprudencia” y quedó en libertad con cargos, anunció el tribunal regional de Galicia.
El maquinista, que habría admitido “un despiste” ante el juez según señala el diario El País, quedó en libertad provisional sin fianza, pero tendrá que comparecer cada semana en el juzgado y durante seis meses no podrá conducir trenes ni abandonar el país sin autorización.
Garzón es sospechoso de no haber frenado a tiempo en la entrada de un tramo en el que la velocidad autorizada pasa de 220 a 80 km/hora a 4 km de la estación de Santiago de Compostela.
Fue en este lugar, en una curva peligrosa, donde tuvo lugar el accidente que hizo descarrilar a las dos locomotoras y los ocho vagones del convoy cuando, según confesó el conductor, corría a 190 km/h.
Tras ser detenido el jueves cuando se encontraba en el hospital, fue trasladado a comisaría y el domingo llegó al juzgado esposado, con unas gafas de sol y un hematoma en la frente.
Herido en el siniestro, la fotografía de Garzón siendo socorrido por los servicios de emergencia con el rostro ensangrentado y aspecto aturdido dieron la vuelta al mundo.
Su comparecencia ante el juez instructor Luis Alaez, que duró cerca de dos horas, se produjo el mismo día en que el gobierno de Galicia elevó el balance de víctimas mortales a 79 por el fallecimiento de una mujer de nacionalidad estadounidense.
Con ella, suman 8 el número de extranjeros fallecidos entre los que figuran una mexicana, una dominicana, una venezolana y un brasileño. Además todavía quedan 70 heridos ingresados, 22 de ellos en estado grave.
La investigación debe aclarar qué pasó en la cabina de pilotaje antes de las 20H42, hora del accidente, y si el maquinista, a pesar de haber recorrido esa línea al menos 60 veces, cometió un error o una imprudencia.
Mientras casi todos los dedos señalan al conductor, descrito por sus compañeros como un profesional irreprochable, empiezan a surgir interrogantes sobre las condiciones de seguridad de la vía, donde circulan tanto trenes de alta velocidad como convencionales.
En ese tramo, la red ferroviaria no está equipada con un sistema de frenado automático en caso de que el convoy exceda la velocidad máxima.
Según el periódico El Mundo, el presidente de Adif, que gestiona la red ferroviaria española, Gonzalo Ferre, habría reconocido que el accidente se podría haber evitado si la vía hubiera estado equipada con un sistema de seguridad de frenado ERTMS, instalado habitualmente sobre los raíles de alta velocidad.
Además, el mismo periódico publicó el domingo la hoja de ruta del tren, donde se informa de la necesidad de reducir la velocidad de 220 a 80 km/h antes de esa curva, pero sin precisar el momento exacto, decisión que deja a expensas del conductor. AFP