Orlando Viera-Blanco: Golpe de Estado constitucional

Orlando Viera-Blanco: Golpe de Estado constitucional

Desde que Lucio Cornelio Sila (81 A.C.), avanzó con sus tropas para tomar Roma e instaurar la dictadura, el golpe de Estado ha sido un tema consecuente de las ciencias políticas. Sila, un monstruo sanguinario para algunos y un regio restaurador de la república para otros, encendió un debate que la historia aún no resuelve. ¿Existen golpes de Estado legítimos? ¿Se justifican? La sucesión del poder por vías de hecho ¿son validables bajo la tesis de la legítima defensa constitucional? ¿Qué viene después?

Golpe de Estado (calco del francés coup d’État) es la toma del poder político de un modo repentino y violento por un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional y las normas legales de sucesión. El concepto va desde el clásicoautogolpe ejecutado por el Rey Sol Luis XIV el Grande (l’etat c’est moi), “para preservar el orden” hasta golpes palaciegos que se ocultan en alzadas cívicos/militares tipo revoluciones, revueltas, rebeliones o motines “para que mande el pueblo”. La polémica se centra en raíces kantianas sobre si el golpe de Estado puede llegar a ser legítimo o no. Fernando Mires se pregunta: “¿y si en un país fuerzas antidemocráticas se hacen del poder por medios legítimos que alteran las instituciones y preparan el camino hacia una dictadura? ¿Sería válido apoyar una iniciativa golpista?

Los golpes de estados en Egipto demuestran que la llegada al poder por esta vía es frágil. Morsi “hace gobierno” encabezando una rebelión islámica apoyada por militares, y pierde fortaleza por una súbita fragmentación opositora. La ausencia del manto ético de la voluntad popular libre, mayoritaria y no violenta (expresada-medida en urnas), hizo estragos. Y la ilegitimidad desató los demonios. Morsi-derrotado y tras las rejas-vuelve a cobrar aliento victimizado por otro golpe. Tomas de poder que destronan pero se empantanan por no ser capaces de restaurar un proceso democrático.





El caso venezolano tiene mucha tela. No es lo mismo el golpe de Gómez contra Castro en una Venezuela rural y campechana, que el de AD y el ejército, contra Isaías Medina en una transición gendarme a lo civilista. El golpe de Gómez fue un cambio de capataz. El de Rómulo y los sables, un “desencadenamiento de pasiones” (Manuel Caballero), que intentó poner fin a una era de caudillos. Era el tránsito de carabinas al voto. Tosco, predecible, propio de una era… Se instala Gallegos (F-1948), y es derrocado 8 meses más tarde por Delgado Chalbaud, quien preside la JG integrada por Pérez Jiménez y Llovera Páez. Pérez Jiménez (tras el asesinato de Chalbaud-1950) se impone en 1952. El 23-E-58 un levantamiento cívico-militar encabezado por Wolfang Larrazábal da cuenta del andino. Nace la democracia pactada que se conoció hasta 1998. Queda atrás -por lo pronto- un período tórrido de sucesiones, pasiones, entre ansiedades institucionales y personalistas, donde la historia juzga, pero confiere poco mérito a la instauración del poder ipso-facto.

El siglo XX fue un continuo de plomo y conjuras en Latam. Golpes que anclan crueles dictaduras. Batistas en el 52, Castro en el 59 (Cuba). Rojas Pinilla en el 53 (Colombia). La caída de Perón en el 55 por la “revolución libertadora” o de Belaunde Terry en Perú por Velasco Alvarado… Torrijos que da cuenta de Arnulfo Arias en Panamá o El “Tanquetazo” que depone a Allende (1973) y da entrada a la dictadura de Pinochet. Marina Estela de Perón, desalojada por Jorge Rafael Videla (1975) y decenas de ejemplos más. Un tango de rodadas de cabeza, donde golpe a golpe no se hace camino al andar, sino trochas, fosas y pantanos…HCHF conjura contra CAP el 4F-92. Chávez va a la cárcel, y es sobreseído. Llega a Miraflores en 1998. Vale decir: él comprendió que los golpes no conducen sino al poder efímero, débil y complotado, por lo que optó ser candidato. Allá aquellos que redimieron su responsabilidad como golpista… Debo recordar el golpe frustrado de Carmona (11A-2002). Más un desbordamiento civil provocado (asalto a Pdvsa) y teñido de desobediencia militar que coupd’État. No hubo leva de armas, elemento clave del golpe de Estado. Pero le dio a Chávez un segundo aire dotado de una brutal discrecionalidad y absolutez.

El golpismo comporta modos pretorianos (Sila) conductores de dictocracias, pocas veces a democracias. No concibo el golpe de Estado constitucional. Puede darse la desobediencia civil constitucional, si se cierra la institucionalidad democrática. Pero el golpismo es muerte, desolación, faustos incrustados y miserables desaparecidos, bajo gobiernos-motín, revoluciones populistas y elites gendarmes, avalados por el desmontaje del Estado de Derecho. La revolución bolchevique fue un ejemplo elocuente de un golpe que trajo 70 años de anomia, oscurantismo y dolor. ¿Se justificó? ¿Lo demanda la historia?… Termina Mires diciendo: “la profesión de los militares es muy digna. Pero su misión es solo resguardar la soberanía nacional. En política no tienen nada que hacer”. No podría estar más acertado.

vierablanco@gmail.com