Si bien los pacientes hipertensos deberían ser vistos idealmente por un médico internista, la mayoría de ellos son tratados en la consulta médica de “medicina general” pudiéndose lograr un control satisfactorio de la presión arterial en la gran mayoría de ellos. Hay que tener en cuenta que de la totalidad de pacientes hipertensos, se estima que la mitad no está diagnosticada, de la mitad diagnosticada, sólo la mitad tiene tratamiento y de la mitad tratada, por múltiples razones, sólo la mitad tiene un control satisfactorio.
Aproximadamente sólo un 3,5% de la población no podrá ser controlada adecuadamente y necesariamente deberá ser atendido por un médico especialista.
Ante un paciente hipertenso que NO está debidamente controlado, es necesario revisar algunos detalles que pudieran ser determinantes en la falta del control de la presión arterial:
1. Compruebe que la medición es correcta:
Asegúrese de que realmente está mal controlado dejando el paciente en reposo durante 10 minutos, con el brazalete en su lugar antes de tomar al menos dos mediciones, separadas por uno a dos minutos de diferencia. Tenga en cuenta que en arritmias como la fibrilación auricular los tensiómetros automáticos son inexactos, por lo que los dispositivos tradicionales como los de mercurio son preferibles a ser utilizados.
Las personas mayores de 80 años y algunos diabéticos pueden tener hipotensión postural: Esto es cuando la presión arterial sistólica cae 20 mmHg al levantarse y pueden tener síntomas posturales. En estos casos es de gran utilidad el uso de un tensiómetro automático para llevar a cabo una serie de mediciones en casa, o mejor aún, la realización de un monitoreo ambulatorio de presión arterial (MAPA). Tome un promedio de sus lecturas y tenga en cuenta que dichas mediciones serán 10 / 5 mmHg menores que las del consultorio, analizar la diferencia entre las medidas en casa y la medición de la clínica.
2. Compruebe el cumplimiento del tratamiento:
El médico debe advertir al paciente sobre los posibles efectos que incluso pudieran llegar a ser mortales, de la interrupción abrupta de los tratamientos, así como los posibles efectos secundarios de los fármacos antihipertensivos, lo que a menudo ayuda a evitar que los pacientes detengan los tratamientos, especialmente si usted señala que muchos efectos secundarios son temporales. Si se presenta algún efecto adverso, el paciente debe comunicárselo a su médico, de manera de tomar los correctivos pertinentes. Como una rutina se debe preguntar a los pacientes si se han tomado su medicación en el momento de la evaluación y chequear en la consulta de seguimiento cual es el tratamiento que actualmente están tomando, ya que con frecuencia ellos cambian por cuenta propia las indicaciones médicas.
Muchos pacientes se sienten culpables por el mal cumplimiento y lo ocultan a su médico. Se debe llegar a un acuerdo con el paciente sobre su prescripción y asegurarse de que tomen correctamente el tratamiento indicado.
3. Recomendar la pérdida de peso y la reducción de la sal en la comida
Una pérdida de peso de alrededor de 10 kg, puede resultar en una caída de la presión arterial sistólica de hasta 10 mm Hg, dependiendo del nivel de obesidad del paciente. Se debe informar al paciente de este hecho y explicarles que la mayoría de la gente puede perder esa cantidad de peso con relativa facilidad, sobre una base anual.
Una reducción en la ingesta de sal se traducirá en una reducción significativa de la presión arterial y maximizará el efecto antihipertensivo de muchas clases de drogas como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), bloqueadores de los receptores de la angiotensina, inhibidores de la renina y bloqueadores beta.
Se debe enfatizar al paciente que la mayoría de la sal está escondida en algunos alimentos y evitar agregar sal en la mesa.
4. Evitar el uso de drogas o sustancias que elevan la presión arterial
Los medicamentos anti-inflamatorios no esteroideos y las pastillas anticonceptivas orales son drogas que comúnmente pueden causar un aumento de la presión arterial. También los antialérgicos y antigripales con descongestionantes nasales, tales como la pseudoefedrina y las gotas nasales utilizadas en rinitis alérgica, pueden causar elevaciones significativas de la presión arterial e incluso crisis hipertensivas. Las drogas de abuso también deben ser consideradas, tales como la cocaína y el alcohol. El uso de bebidas energizantes, con altas concentraciones de cafeína, guaraná y otras sustancias relacionadas, también pudiera determinar una elevación de la presión arterial en personas susceptibles. Finalmente, el hábito tabáquico también ejerce un papel muy importante en la falta de control de la presión arterial.
5. Maximizar el uso de los medicamentos antihipertensivos
Se debe examinar cuidadosamente los fármacos o la combinación utilizada para asegurarse de que el paciente utiliza una combinación lógica. En particular, las drogas de primera línea son los bloqueadores de los receptores de angiotensina y los IECA que pueden combinarse si es necesario con un bloqueador de canales de calcio y/o una tiazida o un diurético similar a tiazida o incluso con un bloqueador beta de acuerdo al caso. Las condiciones del paciente, así como su edad, raza u otras patologías concurrentes pueden hacer variar este esquema de tratamiento.
6. Asegúrese de que se están cumpliendo otras medidas preventivas
Se deben tomar en cuenta otros factores de riesgo cardiovascular y además de controlar la hipertensión, estos otros factores deberán ser cubiertos también. Si el paciente tiene enfermedad cardiovascular, diabetes o enfermedad renal crónica deben tener todas las demás medidas pertinentes de prevención en su lugar.
7. ¿Existen investigaciones adicionales que puedan ser útiles?
Como se mencionó anteriormente, un perfil general de laboratorio, que incluya los lípidos y la glucosa en sangre son importantes, además del ácido úrico, urea, electrolitos y las pruebas tiroideas.
Todos los pacientes hipertensos necesitan un electrocardiograma de rutina (ECG) así como un ecocardiograma para evaluar la presencia de hipertrofia ventricular izquierda. Un ecosonograma abdominal nos ayudará a terminar de evaluar al paciente, descartando la presencia de enfermedad del riñón poliquístico y otros problemas morfológicos que pudieran ser la causa de la hipertensión arterial. Además se debe considerar la posibilidad de otras causas de hipertensión secundaria y realizar las pruebas pertinentes.
Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rigotordoc
Medicina Interna
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