Esmeralda, una tortuga carey de tres años, se convirtió en la primera de su especie en tener un transmisor satelital en Panamá, según autoridades locales que tratan de conocer más sobre esta especie cuyo estado de conservación es “crítico”.
Con un caparazón de 34 centímetros de largo y 28 centímetros de ancho, Esmeralda es la primera tortuga carey a la que se le ha colocado en la parte dorsal de su caparazón un transmisor satelital para vigilar sus movimientos.
Capturada por la comunidad de Esmeralda, al sur de la isla del Rey en el archipiélago de Las Perlas (en el Pacífico panameño), el pequeño animal dará pistas a los científicos que permitan evitar su extinción.
“De las cinco especies de tortugas que llegan a Panamá la carey es la que está en peligro crítico de extinción y si no estudiamos sus recorridos migratorios, dónde se alimenta o se reproduce terminará por desaparecer”, dijo a la AFP Marino Ábrego, de la Autoridad de Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP).
La tortuga carey (Eretmochelys imbricata), una de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo, habita los océanos Atlántico, Pacífico e Índico.
El experimento forma parte de una iniciativa latinoamericana apoyada por las Naciones Unidas para salvar la especie, explicó Alexander Tobón, investigador del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), ejecutora del proyecto de conservación junto a la Iniciativa Carey del Pacífico Oriental (ICAPO) y la ARAP.
“La telemetría satelital nos permite conocer los movimientos migratorios de la tortuga carey para mejorar las estrategias de conservación”, dijo Diego Amorocho, Coordinador del Programa de Especies para America Latina y el Caribe de la WWF.
Además de la carey, a Panamá arriban otras cuatro especies de tortugas tanto en el Pacífico como en el Caribe: Lora, Canal, Cabezona y Blanca o Verde.
Algunas investigaciones indican que Panamá es un sitio de gran importancia para la reproducción, alimentación y la recuperación de la tortuga carey, ya que de este país buscan sus playas arenosas para anidar y los arrecifes coralinos y rocosos para procurar alimento y protección.
Sin embargo la tortuga carey “podría desaparecer en menos de 10 años en el Pacífico Oriental porque sus poblaciones han estado disminuyendo de manera drástica”, dijo Ábrego, representante de Panamá ante el comité científico de la convención interamericana para la protección y conservación de torugas marinas.
Las principales amenazas a la especie son la captura de huevos y la caza para el consumo de su carne y la utilización de su caparazón, especialmente en Centroamérica y el Caribe, para producir artesanías.
También la contaminación de las aguas, el descontrolado desarrollo de proyectos costeros y la pesca incidental son otras amenazas. AFP