La obra, una Anunciación, forma parte de un grupo escultórico en mármol de Giovanni d’Ambrogio, importante escultor florentino de fines del XIV e inicios del XV.
Se trata del dedo meñique de la mano derecha de la escultura, que se resquebrajó con la acción del visitante, pero inmediatamente los restauradores del museo acudieron al lugar y tras unas horas de trabajo, devolvieron el dedo a su lugar.
La rápida reacción del vigilante impidió que el dedo cayera al suelo y los responsables del museo explicaron que “los dedos de este grupo escultórico constituyen la parte más frágil desde que fue realizado”.
Timothy Verdon, director del Museo del Duomo, cuya escultura más importante es la Piedad florentina (anterior a 1555) de Miguel Ángel, afirmó que “en un mundo globalizado como el nuestro parece que se ha olvidado una regla fundamental para visitar los museos, es decir, !Que no se tocan las obras!”. EFE