El caso Mardo invita a muchas reflexiones. Una de ellas es sobre el financiamiento de los grupos que de manera legítima resisten al régimen. Y es que la Revolución deja en evidencia su naturaleza totalitaria cuando se propone cercenar las vías de funcionamiento de organizaciones con fines políticos. Una manera muy eficiente de quebrar estas instituciones es limitar sus rutas de financiamiento. En este sentido, la Revolución se encarga de cerrar todos los caminos que ayuden a la opción democrática.
La economía controlada y centralizada es una manera eficaz de someter a los mecenas locales ¿Qué empresario va a colaborar económicamente de manera pública con la resistencia democrática? ¿Qué persona pone en riesgo el funcionamiento de su negocio colocando en sus libros fiscales que donó fondos a un partido político de oposición? ¿Por qué el Seniat, el Ministerio del Trabajo, el Registro Nacional de Contratistas, el Seguro Social y toda la burocracia estatal es especialmente hostil con aquellos empresarios que públicamente manifiestan su descontento con la gestión revolucionaria? Como lo explica Hayec en Camino de Servidumbre: en los regímenes totalitarios la resistencia muere de inanición.
Sumado a esto, la Revolución también se ha encargado de cerrar las vías de financiamiento del extranjero. La Ley de Cooperación Internacional impide recibir fondos cuyo origen se encuentre fuera de nuestras fronteras. La protección de la soberanía nacional sirve de excusa para concretar este sometimiento. Gran paradoja revolucionaria: Sólo en 2009 Chávez regaló más de ocho mil millones de dólares a veinte países. Esta realidad propone una lucha política desigual e injusta. Es toda la fuerza operativa y burocrática del Estado frente a una resistencia que trabaja desafiando todo tipo de adversidades.
Por las ideas expresadas anteriormente, cuando la Fiscal señaló los cargos imputados a Richard Mardo no pude más que rechazar el cinismo de la declaración. Esta revolucionaria ha tejido un entramado legal cuya injusticia pretende someter la conciencia de los empresarios y de las personas que de manera legítima le resisten. El caso Mardo es una evidencia más de la naturaleza totalitaria del régimen. De sus modos de concebir de la política. Del uso del miedo como herramienta de dominación. De la instauración de un sistema legal a la medida de la injusticia revolucionaria. Seguiremos resistiendo y gracias a venezolanos valientes, aunque agonicemos, no moriremos en el intento.
Paola Bautista de Alemán
Vice – Presidente de la Asociación Civil FORMA