Luego de trabajar varios años como diseñadora de vestuario teatral, la italiana María Cristina Bellucci se volcó a la producción de joyas especiales, adjetivo que reciben justamente debido a la originalidad de sus colecciones.
Sucede que cada una de sus piezas es construida a mano por Bellucci a partir de la deconstrucción y transformación de objetos de uso diario, lo que las vuelve únicas e inimitables.
“Me encantan los materiales que veo en la vida cotidiana –afirmó la artista-. Los veo con mis ojos acondicionados para buscar la belleza en todas partes”.
Y fue belleza lo que aquélla vio en viejos lápices de colores. Es por ello que los usó como material principal para producir los anillos, pulseras y colgantes de su variada línea Colours.
El proceso de creación de las joyas que forman en dicha colección se basa en el respetar la forma que los lápices van tomando una vez que se los une. Cuando Bellucci logra identificar la gracia necesaria como para transformar un grupo de pinturas en una de sus joyas, lo fija con resina epoxy, elemento que le otorga la misma duraza que tiene una piedra.
Radicalizando aún más la premisa de reusar y resignificar productos que nada tienen que ver con la joyería para volverlos parte de ella, la artista diseñó también una colección llamada Bread, en la que el material protagonista es el pan.