Con su famoso “pajarito” y unos kilos de más, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desembarcó en “La Isla Presidencial“, una serie animada en Internet creada por humoristas venezolanos que convierte a los líderes de América Latina y España en cómicas caricaturas.
AFP/María Isabel Sánchez
Maduro, a quien se le atribuye poca inteligencia y un lenguaje básico y rebuscado, aparece en el noveno episodio de la segunda temporada, con la imagen más distintiva que él mismo creó: la reencarnación de Hugo Chávez en un pajarito que, según dijo, se le apareció para bendecirlo poco antes de las elecciones presidenciales de abril.
Apenas empezó a circular en las redes sociales el esperado debut de Maduro en el programa (www.islapresidencial.com) éste criticó su caricaturización, aunque sin perder el humor. “Muy malograda, muy mal, no es la cara mía, ni los bigotes, ni la voz”, afirmó, durante un acto público este viernes.
“En la isla presidencial se burlan de mí porque digo mucho esa palabra: que bonito, que bonito, que hermoso (…). Están perdiendo condición y además me ponen muy bruto, yo no soy bruto así, ni gordo, me llaman el gordo (en la serie)”, agregó el mandatario, un exchofer de autobús.
La animación, de gran popularidad en América Latina y España, se inspira en series como “Lost” (Perdidos) y sus creadores, Oswaldo Graziani y Juan Andrés Ravell, juegan con la actualidad y aseguran no hacer distinciones a la hora de tratar a sus protagonistas.
“Ha agarrado bastante vuelo, está teniendo mucho éxito en la red, no lo esperábamos. Él mismo ya reaccionó, y por cierto bastante bien. Es una caricatura basada en lo que se percibe. Ha sido un presidente que ha dado material a los comediantes para escribir”, comentó sonriente Graziani a la AFP.
¡Qué bonito canta, qué bello!
En la serie, antes centrada en el personaje de Chávez, un Maduro regordete, con su abundante bigote negro y vestido con una camisa verde olivo, llega a la isla desierta en la que están los presidentes Cristina Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) y Juan Manuel Santos (Colombia).
En un aguijonazo político, cuando sus colegas le preguntan cómo llegó a la isla, Maduro les señala un barco que lanza al mar unas urnas con el emblema del Consejo Nacional Electoral, al que la oposición señaló de haber permitido un fraude en las presidenciales.
“Que lindo canta, ese pájaro trató, bueno trata, de decirles algo. Qué bonito, qué bello, qué bello, qué bonito”, les dice Maduro, interpretando el silbido del pajarito, para anunciar a sus amigos que “algo grande, apoteósico vendrá desde el cielo”.
Un Santos obsesionado con la guerrilla de las FARC interpreta la llegada de un ataque aéreo y Cristina quiere sobrevivir para no ver a su difunto marido Néstor Kirchner en el más allá.
Evo, celoso, presenta a Maduro como “el elegido, el hijo gordo de Chávez” al Rey de España que lo llama “subnormal”, “obeso bigotudo” y “sudaca”. Aparece también el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien les llama “desquiciados” por creer en el venezolano.
Al final se trata nada más de una bandada de aves que visitan la isla desierta para comer frutos y descargar en todos sus cuitas.
La serie se mofa de frases mal dichas por Maduro, la más reciente “millonas”, que ha sido motivo de burla por sus opositores, a lo que el mandatario ha reaccionado con humor afirmando que propondrá la palabra a la Real Academia.
Igual con el pajarito, Maduro, como aprendió de Chávez, revirtió la burla y, durante la campaña electoral llegaba a los actos silbando como un pájaro y hasta llevando un sombrero de paja como nido de un ave.
“¡Qué bonito canta!, ¡qué bello!, ¡qué bonito!, ¡qué bello!, ¡qué bonito!, ¡qué bello!, ¡que bonito!”, concluye el capítulo. AFP