En este tiempo de crisis corrosiva como el hierro. En estos tiempos de algunas traiciones esperadas y de individualismos nada ciegos, donde todo pareciera se desmorona, en este País sin brújula.
Muy a menudo leemos de amigos opositores la frase “aquí lo que hace falta es calle” incluso diversos artículos en la prensa nacional han sido dedicados a responder tal afirmación, a veces desesperada, de quienes piensan que una movilización como la de los años 2001 y 2002 podrían ser una suerte de solución mágica.Ya no se recurre al paradigma de la “Primavera egipcia” como el modelo de la ruta a seguir por la oposición venezolana, el desenlace trágico de esa experiencia ha hecho desaparecer el fervor y las expectativas que algunos observadores manifestaban sobre ese proceso.Si seguimos con atención los estudios y análisis del Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social en los últimos años podrá constatarse que en Venezuela hay las más diversas manifestaciones de protesta callejeras por reivindicaciones laborales y populares. El año pasado el promedio diario fue de quince. Ah, pero esas “no es la calle “a la que se refieren los amigos que interpelan a la conducción opositora.
Hay que actuar con convicción todos juntos, para salir de ésta. Porque pedagógicamente, menos tramposa que la religión es la fe.En el trasfondo de todo ese planteamiento está la añoranza por las grandes movilizaciones de los años 2001 y 2002 y en algunos, los menos, el intento de contraponer la movilización popular a la participación electoral. Afirmamos que no hay ninguna contradicción en respaldar, incluso acompañar, la protesta popular cotidiana y estar en la campaña electoral. Por supuesto, que tampoco descartamos que en determinadas circunstancias deba realizarse convocatorias a concentraciones, marchas o movilizaciones de contenido político como otrora. En toda estrategia el “Time”, las prioridades, la fijación de objetivos claros, el trabajo, el compromiso, la humildad, son claves para poder triunfar.Hoy el principal desafío que tenemos por delante son las elecciones del 8 de Diciembre, ellas trascienden el escenario de unas contiendas locales, sus resultados tendrán consecuencias en el ámbito nacional, si se cumplen los objetivos de la MUD se podrá despejar el horizonte y asumir los retos que el nuevo panorama político plantee.
Usain Bolt quizá lo más excepcional que el atletismo ha conocido. Aunque no logró romper récords en el mundial de Moscú como lo hizo en Berlín 09, en 100 y 200m. Serguei Bubka – plusmarquista mundial de salto con pértiga desde hace 29 años- comentó.“Los récords no reflejan la calidad de una competición; son producto de fenómenos de la naturaleza que sólo aparecen esporádicamente”.
Los resultados electorales no son el fruto de la campaña, más bien, en buena medida, constituyen la consecuencia del trabajo permanente realizado en periodos no electorales, aún con las carencias y limitaciones conocidas. En algunas zonas del país y en algunos sectores populares, ha mejorado la conexión con la base de la sociedad, y, con sus luchas.
“En Química se afirma que no se puede convertir el agua en vino; en la lucha social y política, tampoco hay formulas milagrosas”.