Los efectos del deterioro económico del país enfrentan a la base obrera con la ideología. Los trabajadores de los organismos y empresas del Estado cada vez más marcan distancia del modelo socialista del Gobierno. La razón es la pérdida del poder adquisitivo del ingreso frente a la inflación y la devaluación, a lo que se suma el incumplimiento de las obligaciones de la contratación colectiva, informaron dirigentes sindicales.
Junis Hernández –de Unidad Matancera, fuerza sindical de la Siderúrgica del Orinoco– afirmó que en las empresas básicas de Guayana el divorcio de la base trabajadora se traduce en conflictos y acciones –como el reciente paro en la planta de tubos– llevadas a cabo fuera de los lineamientos de los dirigentes sindicales inscritos en el Partido Socialista Unido de Venezuela o en la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores.
“A un año de que el presidente Hugo Chávez ordenó discutir los contratos colectivos en las empresas, no se ha firmado ninguno”, recordó Hernández. Agregó que la convención de Sidor expiró hace tres años, y las de las otras filiales de la Corporación Venezolana de Guayana llevan vencidas entre cuatro y seis años.
El malestar en los trabajadores crece porque a la congelación de las negociaciones de los proyectos de contrato se añade el incumplimiento de los vigentes. “En el sector eléctrico hay un gran descontento por la deuda contractual de la Corporación Eléctrica Nacional”, expresó el dirigente Alexis Rodríguez.
El directivo de la Federación de Trabajadores Eléctricos dijo que las reuniones en el Ministerio del Trabajo de la semana pasada han sido interpretadas como una estrategia para ganar tiempo. En los tribunales laborales los reclamos tampoco avanzan y si el fallo es a favor de los trabajadores el Estado no lo acata.
“La gente está cansada de que le hablen de socialismo y democracia protagónica y participativa, cuando el salario no alcanza. Si la empresa no cumple, pronto habrá acciones unilaterales de los trabajadores para reclamar los derechos”, advirtió.
Por el suelo
Los dirigentes sindicales coinciden en que a los trabajadores les duele el deterioro de las plantas y los servicios por las malas políticas gerenciales y la falta de inversión. “El Gobierno emprende ahora una cruzada anticorrupción cuando ella está en casa”, denunció Iván Freites, de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela.
Añadió que “los privilegios del Gobierno son para sus sindicalistas, con la idea de frenar las negociaciones de los contratos colectivos y marear a los trabajadores con promesas”. Hernández afirmó que en Sidor, sindicalistas del oficialismo y militantes del PSUV cobran guardias sin trabajar, entre otras prebendas, lo que “indigna a los trabajadores”.
Oficialismo perdería elecciones
Si las elecciones sindicales fueran mañana, el oficialismo no las ganaría y por eso el Gobierno evita que se celebren los comicios pendientes con el argumento de los próximos comicios municipales del 8 de diciembre, alertaron dirigentes consultados. “Esto explica las trabas en el Consejo Nacional Electoral y el Ministerio del Trabajo”, dijo Iván Freites, de la Futvp.
Recordó el triunfo de la plancha opositora en las elecciones de Ferrominera Orinoco, con Rubén González, y que después de varias protestas ha obligado al Ejecutivo a negociar el contrato colectivo.