Courage. Gracias. Adiós. Son las palabras pronunciadas por la estadounidense Dyana Nyad, el sábado, antes de lanzarse al mar en su quinto intento de nadar en aguas abiertas desde Cuba hasta la Florida, desafiando una vez más la naturaleza, la edad y el distanciamiento entre dos países sin relaciones diplomáticas desde hace 50 años.
“Mi mente esta lista. Mi cuerpo está listo” aseguró Nyad, de 64 años, cuando llegó a orillas del mar del Club de la Marina Hemingway de esta capital en la costa corte de Cuba.
“Por una parte estoy excitada y siento confianza pero por otra debo admitir que estoy un poco asustada”, comentó la nadadora ante los numerosos periodistas que acudieron a la cita.
Vestida con un traje de baño azul y negro, un gorro azul y espejuelos para nadar, la estadounidense se cubrió el cuerpo con una grasa protectora y en particular una crema contra las medusas antes de lanzarse al Atlántico.
Alzó los brazos al cielo en señal de victoria y antes de lanzarse al agua gritó “courage”, “gracias a mis amigos cubano” y “adiós” antes de comenzar sus brazadas con la esperanza de ser la primera persona en unir sin protección alguna, La Habana con los Cayos de La Florida, un recorrido de 177 kilómetros (110 millas) en unas 80 horas.
Su último intento fue en agosto de 2012 cuando después de cuatro días de tormentas, picaduras de medusas y amenazas de tiburones decidió retirarse.
“Estoy bien concentrada..tengo confianza…Creo que esta vez la madre naturaleza está a mi favor”, aseguró Nyad mientras miraba el mar que parecía en calma en una mañana caribeña soleada y con unos 30 grados centígrados de temperatura.
“Estoy lista, esta vez la protección contra las medusas es la mejor que hemos tenido. Mi adrenalina está bombeando fuerte mi corazón”, expresó batiendo su pecho con la palma de su mano. Explicó que en la noche cambiaría los espejuelos sencillos de nadadora por una careta para protegerse mejor.
Nyad contó con el apoyo de un equipo integrado por 35 personas, que la acompañarán, en particular cuatro buzos, cuatro barcos y dos canoas con dos barras eléctricas para espantar a los tiburones.
En conferencia de prensa la víspera Nyad admitió lo importante de tener “el ego bien alto” y pensar en que en tres o cuatro días cuando alce los brazos en señal de triunfo en la costa de la Florida, “voy a tener una sensación que todavía nadie ha tenido en este planeta”.
Hasta la fecha ninguna de las nadadoras que intentaron la hazaña sin protección alguna tuvieron éxito. En junio del presente año, la australiana Chloe McCardel abandonó la misma travesía después de 11 horas nadando debido a dolorosas picaduras de medusas. Un año antes la estadounidense Penny Palfrey también hizo un infructuoso intento.
La única que logró completar la travesía pero con una jaula de protección fue la australiana Susan Maroney quien en mayo de 1997, a los 22 años, se convirtió en la primera y hasta ahora única persona en cruzar nadando el estrecho de la Florida desde Cuba.
La propia Nyad hizo un intento con jaula de protección el 13 de agosto de 1978, pero abandonó tras nadar 121 kilómetros en cerca de 42 horas.
Nyad señaló que cada intento es “un momento simbólico”, de relaciones humanas para unir nadando a su país y Cuba sin embargo aseguró que esta sería la última tentativa.