El sorprendente anuncio realizado el 5 de septiembre por la ‘revolucionaria’ presidenta de Malaui, Joyce Banda, de vender el jet privado de Presidencia para dar de comer a su hambriento pueblo ha servido para destapar ante la opinión internacional la grave situación que vive el país. La medida es también un grito de auxilio. Antes, ya había anunciado la venta de la flota de Mercedes del Ejecutivo por el mismo motivo: recaudar para dar de comer, publica El Mundo.
El avión de lujo, que el anterior presidente, Bingu wa Mutharika, había comprado por 22 millones de dólares en 2009 bajo el pretexto de que todos los presidentes poseen uno y que sería más barato que usar vuelos comerciales, se ha vendido por 15 millones de dólares. “Ese dinero lo usaremos para la compra de maíz y ayudar a alimentar a la población”, ha explicado el portavoz del Ministerio de Economía, Nations Msowoya.
Malaui se enfrenta a una situación de hambruna y falta de alimentos y bienes básicos muy preocupante, herencia de un gobierno que además de lapidar el dinero público se enfrentó a la mayoría de países donantes que retiraron sus ayudas, el 40% de su PIB, y provocaron una situación de carestía que comienza a ser urgente. Sólo la compra del jet de Mutharika supuso ya un primer enfrentamiento con Reino Unido, principal donante, que le recortó por ese motivo 3,5 millones de euros de sus ayudas anuales.