El diccionario se ha vuelto un instrumento indispensable en la capital argentina por motivo del decimoséptimo Mundial de Scrabble en español que hasta el próximo sábado cuenta con 120 participantes de 18 países que buscan coronarse como la persona con más vocabulario del mundo de habla hispana.
Gastón Trelles/EFE
“Ox”, voz usada para espantar a las gallinas, y “za” que se utiliza para animar a la caza, son las primeras palabras que “cualquier principiante aprende porque son muy valiosas para el juego”, aseguró a Efe Horacio Moavro, presidente de la Asociación Argentina de Scrabble.
Para poder jugar profesionalmente a este juego de mesa “hay que saber las 87 palabras de dos letras y las 450 palabras de tres”, detalló Moavro, quien comentó que “las primeras palabras que hay que aprender son ‘agendar’ y ‘bretel’ porque no existen y no están en el diccionario”.
El primer mundial de scrabble en español se realizó en 1996 y desde entonces todos los años más de un centenar de personas se reúne para formar palabras con las cien fichas, distribuidas en función de la aparición real de cada letra en el idioma español, que conforman el juego.
“Todos los jugadores de scrabble tenemos jugadas y combinaciones preparadas, además de trucos que sirven para el juego”, confesó a Efe Luis Picciochi, ganador de dos de los seis campeonatos mundiales con los que cuenta en su haber Argentina.
En esta nueva edición del torneo, donde el premio mayor es de 3.000 dólares, también compiten la mujer y la hija de Picciochi, quien asegura que esperan “hacer un buen papel, ya que es la primera vez que juega un matrimonio con la hija, los tres clasificados”.
Las palabras válidas para el juego rondan las 636.000 y si surge alguna duda sobre la existencia de una palabra los participantes cuentan con el “Lexicom para scrabble”, un software especial que también se puede descargar como aplicación para el teléfono móvil, que verifica la validez de la palabra.
“Introduciendo una palabra, te dice si es válida o no en el diccionario, pero no te dice el significado porque si sabés que es un sustantivo podés poner una s y si sabes que es un verbo lo podés conjugar”, explicó Moavro sobre la dificultad que conlleva jugar con todo el diccionario.
El torneo se rige con la última edición, de 2002, del diccionario de la Real Academia Española, pero no por la página de internet de la misma organización porque “siempre están agregando y quitando palabras”, explicó Moavro.
“No hace falta conocer el significado de la palabra para jugarla. Muchos de nosotros no sabemos qué significa y, más aún, le ponemos un significado falso para recordarla”, confesó Moavro.
Alejandro Terenzani, presidente de la Asociación de Scrabble de Venezuela, contó a Efe que aprendió a jugar de niño cuando en una Navidad le regalaron un scrabble con fichas de madera.
“Yo creo que he jugado toda la vida, pero mal. Hace diez años empecé a perfeccionar mi juego con estas personas tan maravillosas y capaces”, comentó a Efe Aglaía Constantín, que desde hace una década representa a Colombia en el torneo.
España y Argentina, con seis títulos cada uno, son los grandes rivales de la competencia, seguidos por Venezuela con tres y Honduras con un campeonato.
“A nivel internacional Venezuela, España y Argentina son las grandes potencias en español”, aseguró a Efe Santiago Rosales, presidente de la Federación Internacional de Scrabble en español.
“Argentina ha ganado tantos mundiales que hay que arrebatárselo como sea”, añadió Rosales sobre la rivalidad que existe con el país que ha triunfado en las últimas cuatro ediciones del campeonato y se ha convertido en el contrincante que todos quieren vencer.
Pero a pesar de la competencia típica de todo torneo, “hay una camaradería que va mas allá de los países y de las rivalidades, arriba de la mesa somos rivales pero cuando termina nos vamos a comer todos juntos”, aseguró Moavro. EFE