La Corporación Venezolana de Guayana (CVG) ha accedido a las solicitudes de revisar y corregir las anomalías de la hoja de cálculo salarial de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), entre otras peticiones de los trabajadores, pero la negociación en torno a la cláusula 8 referente al pago de las utilidades sigue siendo el punto de tranca que ha impedido levantar el paro que mantiene totalmente detenidas las operaciones de la acería desde hace ocho días. correodelcaroni.com
La cláusula 8 establece el pago de 120 días de utilidades calculados sobre la base del salario básico diario más la fracción de los días de descanso del mes anterior efectivamente trabajado, pero el sindicato aduce que el no plasmar la fórmula de cálculo en el contrato colectivo dio pie a una serie de interpretaciones que desvirtuaron la ecuación original y desmejoraron el beneficio.
Fue el mismo sindicato el que a través de un acta firmada en 2008 avaló el cálculo de las utilidades con una fórmula distinta a la que establece el contrato colectivo.
Cinco años después, reconocer el pago de las utilidades como establece textualmente la cláusula 8 sería una confesión del incumplimiento del contrato colectivo y obligaría al Ejecutivo a pagar un retroactivo millonario acumulado por cinco años, que la siderúrgica por sí sola no podría cubrir, más si se considera que está inmersa en la discusión de un nuevo contrato colectivo y el ritmo productivo no es el deseado.
Casas, flota y electrodomésticos
Tras varios días de negociación y sin salida al conflicto, el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Carlos Osorio, acudió al portón III de Sidor poco después de las 8:00 de la mañana para participar en una asamblea en la que -coinciden los trabajadores- ofreció “villas y castillos”, pero no dio respuesta satisfactoria a la solicitud del pago de las utilidades de acuerdo con la cláusula 8.
El también ministro de Estado presentó una nueva propuesta para el pago de las utilidades de 125 días a salario integral más un tercio de la fracción de descanso, que no fue apoyado por los trabajadores en pleno. En un intento de desviar la atención, Osorio ofreció llevar operativos de Mi Casa Bien Equipada para el beneficio de los sidoristas, planes de construcción de viviendas e, incluso, la posibilidad de que las familias de los trabajadores hagan uso de las flotas de transporte de la industria.
El deseo de zanjar el conflicto llegó a un punto irritante cuando las autoridades exhortaron a cantar el himno nacional y quien tomó el micrófono para llevar la batuta, José Meléndez (de Alianza Sindical), olvidó la letra y sólo pudo llegar a la segunda estrofa.
Las promesas no sacaron a los trabajadores de su punto de honor, pero sí acrecentaron el descontento de la masa laboral que sintió en los ofrecimientos de Osorio un intento de manipulación.
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