Pareciera ser, que estos revolucionarios, desconocen que la administración política tiene que ir más allá del desarrollo, de las exigencias y del crecimiento poblacional del país o de cualquier contingencia. Su desconocimiento en políticas de previsión y de las variaciones estadísticas en las áreas sociales y económicas, no sólo los colocan en evidencia; además, los hace culpables de la actual crisis. Los grandes saboteadores de su revolución, han sido su propia incompetencia y errores políticos. ¿Acaso no expropiaron, invadieron y quebraron a importantes empresas productoras de alimentos, vaciaron las reservas monetarias internacionales, propiciaron la fuga de capitales, sextuplicaron la deuda total del país, devaluaron al bolívar, debilitaron la economía que favorece al contrabando de extracción, aumentaron la importación de productos y servicios en detrimento de los productores nacionales, ampararon la corrupción, abandonaron el mantenimiento de las empresas básicas productoras y prestadoras de servicios públicos del Estado?
Ahora, montados sobre su fracaso, en lugar de exigirse a sí mismos; empiezan por sacrificar al pueblo. Y para evadir sus responsabilidades, buscan culpables y excusas, amenazan y tratan de desacreditar a la oposición con el fin de intimidarla, acusándola de una supuesta “propaganda de guerra”. Lo peor, la cúpula roja en medio de la crisis, para magnificar sus adefesios, monta costosísimas movilizaciones y actos públicos, empleando la más descomunal y excesiva propaganda política, para desinformar y ocultar su fracaso. “Cosas veredes, Sancho”.
Víctor Vielma Molina / Educador/ victormvielmam@gmail.com