Mildred Camero, ex presidenta de la Comisión Nacional contra el Uso Ilícito de Drogas –actual ONA– aseguró que el hallazgo de 1,38 toneladas de cocaína en Francia, procedentes de Venezuela, fue posible gracias a una operación encubierta en la que participaron policías de tres países europeos, publica El Nacional.
Javier Ignacio Mayorca/ El Nacional
Indicó que la policía italiana logró infiltrar a una persona en la organización que ofrecía la droga en Venezuela. Eso habría permitido vigilar el traslado del alijo repartido en 31 maletas que salieron del país en el vuelo 385 de Air France, el 10 de septiembre.
La cocaína fue almacenada en primera instancia en un estado fronterizo con Colombia, probablemente Apure, y luego trasladada hasta Vargas, según Camero.
Dijo que las policías europeas pudieron mezclarse entre los pasajeros del airbus que aterrizó el 11 de septiembre en el terminal aéreo de Roissy, París. De esta manera se aseguraron el control total de las maletas.
En Francia fue monitoreada la distribución de las valijas con el alcaloide. 900 kilos fueron seguidos hasta Luxemburgo, donde los incautaron. Otros 400 llegaron hasta un galpón en el mercado central de la capital francesa.
Tres meses con los narcos. Camero afirmó que las negociaciones con los traficantes de drogas comenzaron en julio. En todo este proceso no fueron notificadas las autoridades nacionales pues, según la ex juez, las policías europeas saben la implicación de altos funcionarios militares en el tráfico de drogas.
“Lo más grave es que toda la operación se hizo sin la autorización de un juez venezolano. Algo parecido a lo que sucedió con la DEA en 2005, pero tenían que hacerlo así. El mundo entero sabe que los militares venezolanos están traficando drogas”, afirmó.
El cabecilla de la organización que recibiría la cocaína en Italia, miembro de una célula de la mafia calabresa (´Ndrangheta), fue detenido en Francia. Tanto él como sus lugartenientes ingresaron a Venezuela en varias oportunidades para cuadrar el traslado del alijo, dijo Camero quien, al igual que otros expertos, cree que el envío de 1,38 toneladas de droga sólo fue posible cuando los traficantes se convencieron de que tendrían éxito; es decir, luego de pasar varios alijos de menor cuantía.
Retaliación. Mildred Camero cree que el reclamo del presidente Nicolás Maduro por supuestos desperfectos del avión presidencial, marca Airbus de fabricación francesa, forma parte de una velada represalia contra el Gobierno de ese país por haber participado en este decomiso.
“Maduro tiene que saber lo que sucedió. Debe molestarle que las autoridades extranjeras no tengan confianza en su gobierno. Si los implicados fuesen sólo civiles seguramente las policías extranjeras no tendrían problema en decirlo, pero como están involucrados altos oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana prefirieron guardar silencio pues, de lo contrario, la operación hubiese sido abortada”, dijo.
La ex presidenta de la Conacuid indicó que grupos de militares han intentado supuestamente llenar el lugar dejado por Walid Makled luego de su captura y extradición en 2010. Advirtió que gracias a una alianza con militares el cartel de la Guajira ha recobrado la plaza del estado Carabobo. Una plaza que habían perdido con el ascenso del comerciante de origen sirio, la muerte de Eudo González Polanco y la detención de su hermano, Hermágoras González.
De Canarias a las Azores
Mildred Camero indicó que la supuesta actuación de militares en el tráfico de drogas durante la era posterior a Walid Makled estaría evidenciada en una seguidilla de casos que comenzó en febrero de 2012, con el traslado de 1,2 toneladas de cocaína en un jet Bombardier que despegó desde Valencia hacia Gran Canarias. Por este caso inicialmente fueron aprehendidos 9 guardias nacionales bolivarianos de baja jerarquía.
En noviembre del año pasado fue detenido un velero con bandera canadiense frente a las costas de Massachusetts con 621 kilos de cocaína cargados en Venezuela. La droga iba a Montreal donde sería distribuida por la mafia italo-canadiense, según Camero.
El 1° de septiembre, 9 días antes del hallazgo en París, la policía española interceptó en las Azores otra embarcación con 800 kilos de cocaína. El alcaloide fue cargado en Granada, pero las negociaciones fueron realizadas en Venezuela, de donde salió la droga a la referida isla. Por este caso hubo 16 detenciones.