Ante el anuncio del diputado Ricardo Sanguino, Presidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo de la AN, de presentar la próxima semana el proyecto de reforma a la Ley Contra los Ilícitos Cambiarios para despenalizar la venta de divisas, José Guerra, Coordinador del Área Económica de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD),sostiene que el país queda lamentablemente a las puertas de dos devaluaciones: la que surja del nuevo esquema permuta y la que inevitablemente se producirá a finales de diciembre o principios de enero y que ubicaría al dólar oficial en una tasa de entre 10y 12bolívares.
“Haga lo que haga el gobierno, no podrá evitar la devaluación. La tónica y el efecto más importante de cualquier medida que adopte el gobierno es la devaluación y su consiguiente impacto inflacionario”, agregó Guerra.
Y frente a las posibilidades de que la flexibilización en la venta de la divisa norteamericana impacte positivamente en la reaparición de productos escasos o fuera de mercado y en la producción, Guerra considera que la única manera de que eso ocurra es que el gobierno nacional se decida realmente a ofertar dólares suficientes para que baje la tasa negra y entonces, eventualmente, pueda desaparecer el mercado paralelo.
Asimismo advierte, que si el gobierno cayera en la tentación de mantener alguna restricción, el dólar negro va a permanecer “y tendríamos entonces un esquema altamente complejo que incluiría: el de dólar de Bs. 6, 30, el precio del dólar nuevo salido de la permuta, más el dólar negro que se mantendría aproximadamente en los niveles en que hoy lo conocemos”.
Es obvio, para el vocero de la Unidad Democrática, que la entrada en vigencia de un nuevo esquema flexibilizador cambiará las expectativas inflacionarias que se moverán alrededor de un 48 % y hasta un 50 %.
“Con una devaluación de 50% o más el año, que es casi seguro, que no vamos a tener respiro inflacionario, estamos montados es una espiral inflacionaria de la cual no va a ser fácil bajarse”, afirma.
El economista Guerra observa una falta de liderazgo en el gabinete económico, no hay conducción para todos los fines prácticos, mientras problemas de todo tipo agobian al venezolano: una inflación galopante diluye los salarios de los trabajadores a lo que se agrega una escasez pronunciada de bienes, que según el BCV alcanza al 20,0%.
A su juicio, es tal el desconcierto en las filas del gabinete que todas las medidas que se anuncian agravarán la crisis de reservas internacionales, tales como aquellas de levantar las restricciones que el mismo gobierno impuso hace varios años para evitar que las importaciones aumentaran. Todas esas acciones, según Guerra, implican mayores erogaciones de divisas hoy escasas sin que aumente la generación de moneda extranjera.
“En tanto que el desabastecimiento no cede, la respuesta del Ejecutivo a esta situación ha sido acusar a los sectores empresariales de estar forjando una guerra económica y ha optado por la vía más fácil y más costosa: la importación de cientos de toneladas de alimentos desde Colombia, pagaderas con bonos, en vista de que las reservas líquidas del BCV están menguadas”, concluyó José Guerra. Prensa Unidad Venezuela