Con valentía, Sandra Febres decide unirse a una causa nacional: todos unidos para evitar que otras personas puedan ser víctimas de la negligente aplicación de los biopolímeros. En su caso, al principio tuvo una motivación “estética” de delinear mejor su figura y tras acudir a una médica de un centro de estética en el municipio Maneiro (Los Robles) esta le garantizó que no había riesgo alguno.
El Sol de Margarita
“Eso ocurrió hace ocho años y no había tantas denuncias como hasta ahora, tras los casos donde no solo ha causado secuelas graves en la vida de las personas, sino que en algunos casos hasta derivan en la muerte de los pacientes”.
Es así como el objetivo “estético” para muchos ha sido el paso previo a una pesadilla para los propios afectados y sus familias.
Agrega que las campañas en contra del inyectarse biopolímeros han aumentado en el país, sobre todo a través de las redes sociales. Por tal motivo, se unió a la Fundación No a los biopolímeros, agrega Febres, quien tiene 39 años.
Refirió que siempre ha sido una práctica ilegal, pero sobre todo en centros de estética los “pintan” como procedimientos inofensivos, tan solo con el objetivo de hacer dinero con la captación de clientes, mujeres y hombres, porque estos últimos también recurren a esa técnica para mejorar sus pectorales.
Reciente fallecimiento
Lamentó el fallecimiento reciente en la isla de Margarita de una joven de 27 años, quien murió a consecuencia de una bacteria, tras inyectarse los famosos biopolímeros en sus glúteos. “La mamá de la joven se ha unido a la Fundación, para contribuir con un llamado de conciencia para no caer en ese error”.
“Es un problema de salud pública y es necesario que las autoridades estén vigilantes, para evitar que otras personas sean víctimas”, dijo, al reiterar el llamado a unirse a esta causa por la salud y la vida sana.