El director y guionista de cine italiano Carlo Lizzani falleció hoy a los 91 años tras precipitarse al vacío por el patio de un edificio residencial del centro de Roma, en cuya tercera planta vivía.
Todo apunta a que los hechos responden a la voluntad de Lizzani (Roma, 1922) de quitarse la vida y recuerdan a la muerte de otro cineasta, Mario Monicelli, quien se suicidó en noviembre de 2010 a los 95 años, lanzándose desde el quinto piso de un hospital donde estaba ingresado aquejado de un cáncer terminal.
Algunos vecinos del edificio, que indicaron que el cineasta llevaba un tiempo algo deprimido, fueron quienes alertaron a la Policía de que habían visto el cuerpo en el patio del bloque en el que el cineasta residía, según informan los medios de comunicación de Italia.
Colaborador de Roberto Rossellini en “Alemania Año Cero” y de Giuseppe De Santis en “Arroz Amargo”, Lizzani se dio a conocer después de la Segunda Guerra Mundial por las películas en las que intervino como guionista.
Entre todos sus filmes como director, uno de los mejor considerados por la crítica fue “Crónica de pobres amantes” (1954), una adaptación de la novela de Vasco Pratolini, toda vez que realizó también producciones como “Achtung! Bandidos!” (1951), “El proceso de Verona” (1963), “Crazy Joe” (1974), la comedia erótica “Roma Bene” (1971) y “Querido Gorbachov” (1988).
De 1979 a 1982 dirigió el Festival Internacional de Cine de Venecia y en la década de los años ochenta trabajó con frecuencia en la televisión de Italia, colaborando además con las revistas Bianco e Nero y Cinema.
Su vida profesional a finales del pasado siglo y comienzos del actual se centró en el rodaje de documentales, destacando “Luchino Visconti” (1999), “Cesare Zavattini” (2002), “Napoli, Napoli, Napoli” (2006) y “Hotel Meina” (2007).
En un comunicado divulgado poco después de conocerse la noticia, Francesco Giro, exsubsecretario de Cultura de Italia y senador del partido del conservador Silvio Berlusconi, expresó su pesar por la pérdida de Lizzani, quien participó como jurado en el Festival de Cine de Berlín en 1994.
“Es el mal oscuro que se ensaña con las personas de un mundo interior complejo y, por lo tanto, las más frágiles. Con Lizzani desaparece un señor del cine italiano. De él quedará el recuerdo de una persona de gran inteligencia y templanza”, dijo Giro.
Por su parte, el responsable de Cultura del progresista Partido Demócrata (PD) italiano, Antonio Funiciello, afirmó en otra nota que la desaparición de Lizzani supone un “inmenso dolor”.
“Las películas de Lizzani han mostrado a Italia y a los italianos con esa mirada crítica que es propia de los artistas más agudos. Nos faltará su capacidad de leer la historia de Italia, desvelando esos hilos rojos que unen, uno a uno, los asuntos principales del país”, dijo Funiciello.
EFE