Fotos Reuters
En un glorioso domingo de otoño, tanto estadounidenses como extranjeros se aglomeraron en el Battery Park, tomando fotos y subiendo y bajando de los barcos que los llevan hasta el grandioso monumento
“Fue increíble”, dijo Erick Lira, de 28 años, un empresario brasileño de vacaciones con su novia. “Es fantástico”.
La pareja dijo sentirse en las nubes al enterarse que uno de los monumentos más emblemáticos de Estados Unidos reabría el domingo, por lo que reservaron boletos online de inmediato.
Como muchos otros, les importaba muy poco la causa del cierre: la batalla ideológica entre los republicanos y los demócratas del presidente Barack Obama, que impidieron a ambos bandos acordar y aprobar un presupuesto antes del 1 de octubre, cuando el estado cerró sus servicios no esenciales.
Algo desilusionados de que la reapertura parcial no se extendiera a la Isla Ellis, enfilaron luego hacia Ground Zero, donde está el memorial de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center.
La Isla Liberty reabrió hasta el 17 de octubre, tras un acuerdo entre el Servicio Nacional de Parques y el Estados de Nueva York, que donó unos 370.000 dólares para mantenerla operativa y compensar parte de las pérdidas.
El Servicio Nacional de Parques anunció otros acuerdos con los estados de Arizona, Colorado y Utah para la reapertura de sitios de interés turístico cerrados desde la parálisis parcial del gobierno federal.
AFP