El gobierno revuelve las aguas escandalizando con los “raspacupo”, somentiendo al escarnio a todo el que viaja al exterior como una forma de ocultar, infructuosamente, los inmensos casos de corrupción. Como si el llamado Cadivismo se redujera a unos cuantos viajeros que se “rasparon” 2 mil quinientos o tres mil dólares por los cuales, además de todo, pagaron a 6,30 ante el fisco nacional, y tienen derecho en el marco restrictivo creado por este gobierno delincuente. Es imperativo desenmascarar esta grotesca farsa.
El Cucuteño no ha dicho ni pío sobre la denuncia del ministro Giordani del robo de 25 mil millones de dólares de CADIVI con empresas de maletín. Los delincuentes que cometieron ese asalto se rasparon el cupo de millones de venezolanos. En los archivos de CADIVI deben estar los datos pormenorizados de esos asaltantes. Pero esos no son los “raspacupo” que le interesan el Iluminado de Cúcuta. Con ellos ni se da ni por enterado, prefiere desplegar a sus guardias nacionales en los aeropuertos a oler pantaletas, mientras pasan por sus narices toneladas de droga.
Los cupos CADIVI no representan ni el 10% del total de las asignaciones que hace el organismo. A los cuales, por cierto, tenemos derecho todos los venezolanos, pero el sistema creado los restringe solo a quienes tienen tarjeta de crédito. El resto, más del 90%, es para las importaciones, las cuales están en más de un 75% a cargo de empresas del Estado que supuestamente sirven para las negociaciones de “gobierno a gobierno”. El Cadivismo ha devenido en un perverso instrumento para el control y sometimiento de los venezolanos. Con acertada razón el amigo @morandavid escribió en su twitter una contundente y pedagógica de definición de “Comunismo –> El viajero es delincuente por raspacupo. El Bodeguero por acaparador. El Buhonero por especulador. El que protesta vendepatria”. Cadivismo es Comunismo.