En Venezuela hemos tenido muchos tipos de gobiernos, los hemos tenido malos, regulares y buenos. Todavía no hemos tenido gobiernos excelentes. Para tener gobiernos excelentes han faltado ideas correctas y una voluntad para establecer definitivamente las bases del desarrollo productivo. Sin embargo, algunos gobiernos realizaron esfuerzos por sacar a Venezuela del atraso social y subdesarrollo político y económico.
Los gobiernos de Rómulo Betancourt (1959-1964) y Raúl Leoni (1964-1969) fueron gobiernos buenos, principalmente por las precarias y difíciles condiciones políticas y económicas que les correspondió superar. El gobierno de Rafael Caldera (1969-1973) fue regular, en educación hizo un daño profundo, eliminó las Escuelas Técnicas Industriales, pero políticamente terminó de pacificar al país. El gobierno de Carlos Andrés Pérez (1973-1978) fue regular en relación con las posibilidades de la bonanza petrolera y el apoyo político que tuvo que le permitió nacionalizar la industria petrolera y las empresas básicas del Estado. El declive de Venezuela, el cual hasta hoy finales del 2013 no hemos podido detener, comienza con Luis Herrera Cámpins (1978-1983). Con Jaime Lusinchi (1983-1988) estuvimos a tiempo de detener la caída, pero no se tomaron las medidas para reorientar el país. Luego con Pérez (1988-1992) se aceleró el derrumbe, no tuvo la capacidad para implementar exitosamente la liberalización de la economía, pero comenzó la descentralización administrativa y política del Estado. Los gobiernos de Ramón Velásquez (1993) y Rafael Caldera (1993-1998) se limitaron a administrar las causas de la crisis estructural venezolana que comenzó en 1983. Finalmente Chávez (1998-2013) y ahora el ilegítimo Nicolás Maduro (2013-¿?). Estos últimos 15 años son la exacerbación de todas las confusiones y errores de los gobiernos pasados, a los cuales les han agregado nuevos y mayores males y problemas; en nombre de la “revolución socialista” nunca habíamos tenido en Venezuela un gobierno tan extremadamente dañino.
Al chavismo se le ha definido de múltiples maneras, pero no hay acuerdo. O mejor dicho, no hay hasta el momento una sola palabra que lo defina integralmente. Pero el objetivo de esta nota periodística es agregar a ese batiburrillo ideológico y mondongo político chavista, una palabra que ayude a simplificar su definición.
“En el ?Dictionary of Sociology? en su primera edición en inglés año 1944, registrada por Philosophical Library Inc., se incorpora la definición del término ?kakistocracia? por Frederick M. Lumley, que dice: “Gobierno de los peores; estado de degeneración de las relaciones humanas en que la organización gubernativa está controlada y dirigida por gobernantes que ofrecen toda la gama, desde ignorantes y matones electoreros hasta bandas y camarillas sagaces, pero sin escrúpulos”. Kakistos: lo peor. Cratia: gobierno. También el chavismo es una kakistocracia, el gobierno de los peores.
@CastilloHernan