No necesitó una habilitante para apresar sin juicio previo, al corrupto Alcalde de Valencia, lo único que se requirió fue que el susodicho repartiera mal el botín o fuera parte de la lucha interna en el oficialismo. Tampoco han necesitado “Poderes Especiales” para mantener preso injustamente, sin prueba alguna, a Ivan Simonovis y a otros presos políticos en Venezuela. El poder acumulado, ilegal e ilegítimamente ejercido, ha sido suficiente para expropiar empresas, fincas y terrenos o mejor dicho, robar el fruto de su trabajo a miles de personas. No se necesita una Habilitante para frenar la voraz corrupción de este gobierno o evitar que sus “peces gordos” pasen tonelada y media de cocaína por el principal aeropuerto del país, mucho menos hace falta para acabar con los apagones, garantizar el abastecimiento del país o ponerle coto a la delincuencia desbordada, me refiero al hampa común, no a las “cúpulas podridas” de esta narco-revolución. Entonces, ¿Para qué quiere Maduro una Habilitante?
Obvio que tienen un objetivo oculto, quizás más pero al menos destacan: 1) Quitar poder a su adversario interno, hoy Presidente de la AN. Cosa que no se atreve a hacer de frente y que difícilmente logrará sacando a su hermano del SENIAT o haciendo absurdas e infantiles alusiones al “cadivismo”, por ejemplo. 2) Distraernos de los reales problemas, poner al país a discutir un asunto intangible como una Ley Habilitante, utilizando ese pretexto para comprar o extorsionar a algún parlamentario brinca-talanquera, demostrar su poder y supuestamente desmoralizar a la oposición. Nada más disparatado. Lo único que demuestra el gobierno con su inmoral proceder, recurriendo al delito para lograr el “Diputado 99”, es que ha entrado en su etapa culminante. Evidencian la demagogia de un gobierno inmensamente corrupto que dice luchar contra la corrupción. Además, se equivocan: la oposición no se desmoraliza por William Ojeda, David De Lima, Antonio Ecarri, Paraqueima o Hernán Núñez; al contrario. Cada episodio ha servido como profilaxis y para fortalecer más aún el espíritu unitario y nuestro compromiso con esa Venezuela decente que clama por un cambio.
Así las cosas, la sola solicitud de una Ley Habilitante y la pretendida forma de lograr su aprobación -en un momento como el que atraviesa el gobierno- es una señal de extrema debilidad que lo desprestigia más aún en el escenario internacional. Finalmente, si alguien piensa que la referida ley puede servir para justificar alguna tropelía o zarpazo a la Constitución Nacional, también se equivoca: Golpe es golpe, con o sin Habilitante. No hay justificación que valga, ni excusa que evite las consecuencias.
Twitter: @richcasanova
Dirección Nacional de Avanzada Progresista / Vicepresidente ANR del CIV.