Eduardo Verástegui habla sobre la “doble vida” que lleva (Fotos)

Eduardo Verástegui habla sobre la “doble vida” que lleva (Fotos)

Foto De10.mx

Muy pocos conocen su ‘lado B´, hace 10 años el actor mexicano comenzó una nueva vida, en la que decidió emprender una misión que no tiene fin y que cada día crece, informa De10.mx

En entrevista para De10.mx, Eduardo nos platica acerca de ese cambió que lo llevó a fundar la organización Manto de Guadalupe, acerca de sus misiones de ayuda a los más necesitados, así como sus proyectos cinematográficos en su productora Metanoia Films.

La nueva etapa en la vida de José Eduardo Verástegui surgió hace 10 años según sus propias palabras, cuando su vida se encontraba vacía, pues su carrera artística como cantante y actor en el mundo del espectáculo no lo hacía sentir pleno.

“Yo creo fue después de muchos años de cansarme, de darme cuenta que estaba vacío, de darme cuenta que mi carrera no es el fin de mi vida, no nací para ser un gran actor, una estrella de cine o un abogado o un doctor, más bien esas son carreras nada más, son medios que bien utilizados pueden hacer mucho bien a la sociedad, pero no es el fin de mi vida, tiene que haber algo más allá, más profundo que simplemente mi carrera; que miserable sería si pensara así, y tristemente así pensé durante muchos años hasta que me di cuenta que eso me llevaba a una miseria, a un vacío, a una confusión…”

Esto fue lo que descubrió Eduardo a sus 28 años de edad, cuando decidió que su vida tenía que tomar otro rumbo, en el que ya no sólo se preocuparía por sí mismo ni por su profesión, sino que buscaría la forma de ayudar y servir a los demás.

“A los 28 años fue cuando de pronto hubo una sacudida, donde uno empieza a tener prioridades, a reflexionar sobre socas que antes no lo hacía porque siempre estaba distraído con el ruido del mundo, con el trabajo, y muchas veces para poder reflexionar sobre las cosas
importantes necesitas silencio; y empecé a tener silencio en mi vida y fue en ese silencio y ayudado también de amistades que veían en mí un cuate que quería cambiar pero no sabía cómo, que me fueron empujando; gente más despierta, servicial que me topé en mi camino y me ayudó. Ahí fue donde poco a poquito empieza un nuevo caminar, un despertar que no termina hasta que mueres, porque estamos en un proceso de toda una vida.”

Fotos cortesía De10.mx

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