Es la unidad, condición que en sí misma y, en términos de la actual realidad política venezolana, se traduce en participación de diversos sectores dentro de un marco de respeto y reglas previamente acordadas, las cuales condujeron a seleccionar a los mejores candidatos para las alcaldías y las concejalías.
Sencillamente la unidad huele a democracia en el más extenso sentido de la palabra y democracia de la buena porque es aquella surgida a partir de un proceso de consenso entre un diverso y amplio grupo de venezolanos afiliados a organizaciones civiles y partidos políticos de, incluso, diversa ideología.
Actualmente, el planteamiento que gira en torno a la unidad significa compromiso, apego a valores ciudadanos y, sobre todo, responsabilidad de los postulados por la MUD para asumir y gobernar a la gente de los municipios, quienes esperan de sus alcaldes políticas de progreso, paz y armonía.
Es unidad-unidad en el más amplio sentido donde no cabe la palabra división, la amenaza, el vilipendio o etiqueta alguna, como esas que emplea a cada rato el gobierno nacional y sus candidatos para denigrar de la oposición y de los candidatos de la MUD.
La unidad la representa en Maracaibo, por ejemplo, Evelíng de Rosales una alcaldesa con obra y mérito que mostrar a partir de su compromiso y trabajo en el municipio que hoy gobierna y donde es reconocido su esfuerzo y trabajo, a pesar de la injusta y feroz crítica del candidato de Maduro, un perfecto ignorante de la realidad social de Maracaibo cuya campaña se basa en mancillar la gestión municipal.
Todos los candidatos de la unidad son nuestros candidatos porque tienen orgullosamente un sello de origen democrático que los distingue. Por lógica, Evelíng de Rosales es la candidata de la unidad merecedora del más firme respaldo de la gente de Maracaibo, bastión de la oposición, y ciudad sometida a una constante amenaza por parte del gobierno nacional.
En cambio, el candidato de Maduro, es el candidato que representa los intereses particulares de un hombre, de Nicolás Maduro, cuyo gobierno nacional sigue empeñado más en profundizar los problemas de los venezolanos como son la inseguridad, el desabastecimiento de alimentos, los apagones eléctricos, la salud, etc, y de sembrar el resentimiento.
Nadie debe perder de vista este detalle de que el candidato de Maduro en Maracaibo – al igual que todos esos candidatos oficialistas – le rinde cuentas a Maduro, sigue sus lineamientos y representa los intereses del gobierno nacional, a pesar de su coloreado discurso basado en supuestas soluciones para Maracaibo que, casualmente, ¡nunca han llegado en 14 años!
El candidato de Maduro fue escogido única y exclusivamente por Nicolás Maduro para desarrollar en Maracaibo los planes de Maduro, que son poner de rodillas a la ciudad, tal como intentaron hacer los filibusteros que azotaron en el siglo XIX a la capital zuliana y hasta hace poco el extinto Presidente.
Aun cuando ahora pretenda distanciarse del color rojo, de su verbo violento y agresivo (ver cualquier programa de Cayendo y Corriendo) y distanciarse de su mentor – porque Maduro no le agrega votos sino al contrario-, ese candidato oficialista un hombre a quien para nada le interesa el destino de Maracaibo porque trae los mismos problemas del gobierno nacional sobre los cuales, deliberadamente, calla, y se escuda al tratar de endilgarle toda la culpa a la gestión de Evelíng.
El candidato de Maduro es el candidato de la división, del rencor expresado en palabras soeces contra los maracuchos por el simple hecho de que éstos se atrevieron un día criticar a un pelotero al inclinarse éste más a la política que a su labor de jugar bien a la pelota para el equipo Águilas del Zulia
Los marabinos, maracaiberos o maracuchos confían en Evelíng de Rosales por su labor de alcaldesa, un merito alcanzado a fuerza de trabajo, compromiso y tesón. Y se muestran distantes, indiferentes y recelosos ante el recién enviado desde Miraflores, quien es visto con antipatía hasta por los mismos votantes del oficialismo.
Pero, sobre todo, creen en Evelíng de Rosales porque es la candidata de la unidad al igual que aquellos postulados en la tarjeta de la MUD, la cual marca una enorme diferencia con los designados a dedo por Nicolás Maduro. Los candidatos unitarios simbolizan la democracia y los maduristas autoritarismo, sumisión y división.
@exequiades