La canciller alemana Angela Merkel habló hoy del escándalo que se desató con Washington tras revelarse que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) pinchó el celular y fue víctima de espionaje y fue muy clara: “A los amigos no se los espía”, dijo.
“A los amigos no se los espía. Se lo dije a (Barack) Obama en su visita a Berlín y se lo dije nuevamente por teléfono” ayer, dijo canciller alemana al llegar a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la UE.
“No se trata de mí, se trata de todos los ciudadanos. Necesitamos confianza entre socios y esta confianza se tiene que reconstruir”, sostuvo Merkel. Esta mañana, el gobierno alemán había convocado al Ministerio de Exteriores al embajador de Estados Unidos en Berlín.
Ayer, Merkel llamó a Barack Obama para exigirle una aclaración “completa e inmediata”. Un portavoz de la jefa del gobierno alemán explicó en un comunicado de prensa que, de confirmarse la información -que Washington niega- sería algo “totalmente inaceptable” y “una violación de la confianza”.
John B. Emerson, embajador estadounidense en Berlín, acudió al Ministerio de Exteriores, según anunció esta mañana un portavoz alemán.
En Alemania el escándalo es mayúsculo. El diario germano “Frankfurter Allgemeine Zeitung” contaba esta mañana que las explicaciones que dio anoche el presidente estadounidense Barack Obama a Angela Merkel no son suficientes para el gobierno germano.
En pleno proceso para negociar una nueva coalición de gobierno tras las elecciones del pasado 22 de septiembre, Sigmar Gabriel, presidente de los socialdemócratas, denunció la actitud estadounidense y estimó que será muy difícil que Europa pueda llegar a un acuerdo con Washington para un tratado de libre comercio si los estadounidenses no respetan la protección de la vida privada.
Hoy se reúnen en Bruselas los dirigentes del bloque. Hasta ayer nadie quería en Bruselas que los escándalos se metieran en la agenda. Pero las revelaciones del masivo espionaje estadounidense en Francia, las exigencias de represalias lanzadas desde el Parlamento Europeo y, sobre todo, la revelación de que Merkel tenía el celular pinchado, han puesto el espionaje en todas las conversaciones. La agencia AFP contaba esta mañana que Angela Merkel y el presidente francés François Hollande ya habían hablado esta mañana para intentar una respuesta común.
El “pinchazo” al celular de Merkel ha sido la gota que ha desbordado el vaso del escándalo, pero difícilmente los europeos tomarán las medidas de represalia que exige el Parlamento Europeo, como la suspensión del acuerdo “Swift”, que permite a Washington controlar los movimientos bancarios que circulan por la empresa belga “Swift”, encargada de gestionar transferencias bancarias de miles de bancos del planeta entero.
Fuente: El Clarín