Antonio De La Cruz: Maduro, ¿Quién saquea a quién?

Antonio De La Cruz: Maduro, ¿Quién saquea a quién?

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, se ha dirigido al país en varias ocasiones la semana pasada –en cadenas de radio y televisión-  para  anunciar e informar la gran ofensiva contra la “guerra económica” que mantienen los sectores capitalistas especulativos.

En esta ofensiva, “el comienzo de las medidas económicas” anunciadas para someter el mercado de consumo, utiliza la práctica de la fiscalización de las mercancías en la cadena de comercialización de bienes y servicios para determinar “el precio justo”.

Es importante mencionar que este sector de la economía- el terciario-, a lo largo de los últimos diez años, ha surgido y crecido a la sombra del oficialismo al depender de la importación de mercancías, que obtiene los dólares a través de la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) desde febrero del 2003.





La crisis estructural de la economía venezolana, producto de la búsqueda  del  Socialismo del Siglo XXI (SSXXI), se manifiesta en dos indicadores fundamentales como son la escasez de productos y la inflación.

La escasez obedece a la racionalidad del saqueo a la propiedad privada que en el campo venezolano se hizo a través de la expropiación y/o confiscación de tierras y bienes; utilizando las huestes rurales que entraban a las fincas y se apropiaban del ganado y cosechas. Igualmente se hizo con la confiscación de la empresa Agro-Patria que tenía un modelo de negocio exitoso, en el cual la cadena de producción estaba verticalmente integrada; iba desde el campesino,  las semillas, el crédito,  la distribución hasta  la compra de la cosecha.  Hoy Venezuela no se autoabastece con ésta política, que buscaba la independencia agraria. El índice de escasez de productos para octubre, según el Banco Central de Venezuela (BCV)  se ubicó en 22,4 por ciento, él más elevado de los últimos 5 años, y en algunos reglones de la cesta básica como aceite equivale a 98,8 por ciento, leche en polvo 84,3 por ciento, y azúcar 80.8 por ciento, entre otros.

La inflación –el impuesto de los pobres- es creada por un modelo de crecimiento sustentado en el gasto público; constituyendo un déficit fiscal que es financiado por la impresión de dinero sin el respaldo de producción, que a la vez impone una fuerte presión en el signo monetario – el bolívar fuerte-  al incrementar la liquidez y disminuir las reservas internacionales,  disparando los precios de bienes y servicios para iniciar de nuevo la espiral, el déficit fiscal. (Gráficos 1 y 2)

 

 Gráfico 1

 

Gráfico 2

 

En octubre la espiral del crecimiento llevó la inflación anualizada -octubre 2013-12- a situarse en 54,3 por ciento – la más alta del mundo-, con mayor incidencia en alimentos, bebidas alcohólicas y tabaco, vestido y calzado, servicios de la vivienda, restaurantes y hoteles, servicios de educación y transporte público.

Por lo tanto, las medidas económicas anunciadas por Maduro para mantener el modelo económico producto del SSXXI tienen fuertes impactos pro-cíclicos sobre la crisis actual que se acentuará –a más tardar- a principio de 2014. De seguir con este ritmo la espiral perniciosa, Venezuela será un país en quiebra donde más de la mitad de sus habitantes sobrevivirán con tan sólo  3 o menos dólares diarios.

En el caso de la tienda de electrodomésticos más grande de Venezuela, DAKA, la medida de fiscalización surge del enfrentamiento interno entre los grupos de poder del partido de gobierno, ya que se trataría de un negocio de  legitimación de capitales.

DAKA inicia operaciones en el 2005 y sus dueños son libaneses de la religión chiita. Hasta la fecha ha recibido 403 millones de dólares de CADIVI para la adquisición de productos de línea blanca (aires acondicionados, cocinas, enfriadores de aire, fabricadores de hielo, freezer, hornos, neveras, lavadoras, secadoras, lavaplatos, lavadoras-secadoras, microondas, etc.); línea marrón (equipos de sonido, DVD, blu ray, home thearter, radios, televisores, etc.); línea digital (cámaras, computadoras, laptop, MP3, juegos de video, teclados, mouse, accesorios para computadoras, etc.); y hogar (abrelatas eléctrico, arroceras, aspiradoras, batidoras, cafeteras, campanas, cavas, cornetas para Ipod, cuchillo eléctrico, depiladoras, dispensadores, espejos, exprimidores de jugo, freidoras, fuentes de chocolate, horno asador, licuadoras, máquinas de afeitar, máquinas para cotufas, masajeador, ollas, parrilleras,  pesos, planchas, procesador de alimentos, protectores, rebanador de alimentos, etc.).

Según el ministro para Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, la empresa DAKA “compraba la mercancía a través de empresas de maletín con otros nombres y son las que piden las divisas ante CADIVI, importan los artefactos y luego se las vende a DAKA”. Estas empresas le  permitían -a los dueños- “justificar los altos costos de sus productos”.

Una característica de la legitimación de capitales es el uso de empresas de maletín, las cuales emplean como cortina de humo para enmascarar el lavado de dinero. Lo habitual es que de dicha empresa sólo existan los documentos que acrediten su existencia y actividades, no teniendo presencia física ni funcionamiento alguno más que sobre el papel. El ministro Rodríguez Torres señaló que “las direcciones fiscales de estas empresas están ubicadas en casas o apartamentos pertenecientes a los dueños de la esta red de tiendas de electrodomésticos”.

Dentro de las técnicas de lavado de dinero se encuentra también, el manejo de falsas facturas de importación/exportación o “doble facturación”, aumentando los montos declarados de exportaciones e importaciones aparentemente legales, de modo que el dinero obtenido de actividades ilícitas pueda ser colocado como la diferencia entre la factura “engordada” y el valor real. Así mismo, le permite sumar el dinero recaudado de las transacciones ilícitas al capital de la empresa legal, para luego presentar todos los fondos como rentas de la empresa. Es una forma legal para no explicar las altas sumas de dinero. (Ver ilustración  en el Gráfico 3)

 

Gráfico 3

 

Un gobierno que desde el 2010 ha administrado 70.000 millones de yuanes, (10.000 millones de dólares que fueron  otorgados en préstamo por el Banco de Desarrollo de China, Fondo de Gran Volumen) equivalentes –una gran parte- en mercancías de línea blanca, marrón y del hogar, a través del programa Mi Casa Bien Equipada en las tiendas Mercal Hogar, Abasto Bicentenario y Súper Pdvales para competir como los comercios privados con productos a precios justos y así eliminar la especulación y usura;  supondría que tal volumen de mercadería es suficiente para equilibrar la demanda y oferta. Sin embargo, hoy el gobierno de Maduro es amenazado por los capitales especulativos, por lo tanto es necesario intervenir en el mercado para controlarlo y satisfacer la demanda. Si 10.000 millones de dólares no han logrado establecer precios justos a través de la competencia, la intervención a través de la medida de fiscalización lo que produciría es la escasez de productos de línea blanca, marrón y del hogar en el corto plazo.

Por ello, cuando Maduro dijo “¿quién saquea a quién?”  el sábado 9-11,  planteó el uso de la violencia para servir de instrumento de movilización política al tratar de crear una sensación de bienestar en los sectores D y E.

La semana anterior se aferró a la imágen de Chávez para que le hiciera el milagro. Ahora a la violencia, a ver si le creen que gobierna y puede seguir mandando. Pareciera que constantemente se saquea o sabotea a sí mismo. Por lo que cabe preguntarse ¿quién saquea a quién?

 

Antonio De La Cruz es Director Ejecutivo Inter American Trends

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