El presidente chino visitó el domingo en el hospital a las víctimas de la explosión de un oleoducto propiedad de la refinería Sinope, la más grande del país y de propiedad estatal, que destrozó una zona residencial.
La cifra de muertos se elevó a 52 una vez que los socorristas hallaran el domingo más cadáveres en el lugar donde se registraron explosiones tras la ruptura de un oleoducto, en uno de los peores accidentes industriales del país en lo que va del año.
Once personas siguen desaparecidas de acuerdo con información oficial del gobierno de la ciudad portuaria de Qingdao. Los trabajos de rescate continúan, dijeron las autoridades de la ciudad que antes habían reportado que hay 136 personas heridas y 10 de ellas están en condición grave.
La televisión estatal CCTV mostró imágenes del presidente Xi Jinping en una visita al hospital en Qingdao. Habló con un paciente de edad avanzada y le sostuvo la mano, además de que habló con otro y la palmeó el brazo.
También pidió a un grupo de doctores y enfermeras que hicieran su mejor esfuerzo para atender a los lesionados.
Otros cuatro cuerpos fueron encontrados el domingo, de acuerdo con la oficina de información del gobierno de la ciudad portuaria de Qingdao.
El oleoducto se rompió y presentó una fuga durante aproximadamente 15 minutos hacia una calle y hacia el mar antes de ser sellado. Horas después, mientras los trabajadores limpiaban el derrame, el petróleo ardió y se registraron explosiones en dos sitios, indicó el gobierno de la ciudad.
Sinopec pidió disculpas el sábado por el accidente que partieron el pavimento y volcaron vehículos.
“Investigaremos el incidente con responsabilidad y emitiremos puntuales reportes”, declaró la refinería en un comunicado.
Este fue el segundo accidente industrial más mortífero en China en lo que va del año, detrás de un incendio en una planta avícola en la provincia de Jilin que en junio dejó 121 muertos. AP