¿Cuál es el valor del voto para cualquier ciudadano? Esa pregunta tiene varias respuestas y todas giran en torno a la existencia y consolidación de un sistema democrático, que permita a sus electores participar y expresar su opinión sobre una propuesta de gobierno o una gestión que está en marcha.
La democracia participativa es una utopía en la medida que se le trunca al ciudadano la oportunidad de votar o que éste tiene un manifiesto desinterés en cumplir con su deber, que más que un deber es una oportunidad. El voto es la vía para expresarte ante las circunstancias que se viven en la nación.
Por eso este 8D el pueblo está listo para expresar su opinión desfavorable hacia la actual gestión que “gobierna” en Venezuela y que está marcada por la ineficiencia y la falta de una orientación real sobre las prioridades que tiene el país y que desconoce el camino para satisfacer las necesidades del público.
Este 8D es una ocasión valiosa que cada venezolano tiene para demostrar al Gobierno nacional que las cifras que arrojan altísimos niveles de rechazo hacia la gestión, no son parte de un truco de propaganda en una guerra imaginaria, como ellos quieren hacer creer. A eso le temen y por eso se mueven para evitar un castigo severo del pueblo.
Si usted está siendo golpeado por los elevados niveles de inflación, vote. Sobre todo tomando en cuenta que ese mal que carcome nuestros ingresos, no es el resultado de una guerra económica, sino de un modelo que no sólo se agotó, sino que en su lecho de muerte pretende arrastrar a la economía nacional con una visión arcaica.
Si usted o algún familiar cercano ha sido víctima del hampa, vote. La inseguridad es una de las razones de mayor peso para acudir este 8D a evaluar a una gestión que ha sido incapaz de llevar tranquilidad, paz y sosiego a los venezolanos. No tienen ni idea de cómo enfrentar la criminalidad desatada.
Si usted teme que en los próximos días no podrá reponer un electrodoméstico o un repuesto automotriz, vote. Esa es la mejor forma de demostrar al Gobierno que quienes se aglomeran en colas para comprar a “precios justos”, están impulsados por la preocupación “justa” de que mañana no habrá nada que comprar.
Si usted se quedó sin empleo porque trabajaba en una empresa que fue expropiada, vote. Porque este gobierno en 15 años de uso y abuso del poder le ha puesto sus garras a centenares de empresas o unidades de producción, que hoy son un ejemplo vivo y hasta doloroso de una política de castigo contra el sector privado.
Si usted siente que el Gobierno trata de cercar, ahogar y aniquilar su derecho a disentir, vote. Haga sentir su malestar ante la estrategia oficial de presionar a los medios para “invisibilizar” y “criminalizar” el reclamo popular y mostrar la existencia de un falso clima de paz y respeto en el país.
Si usted forma parte de ese gran grupo de venezolanos que piensa y repiensa cómo poder escapar de esta pesadilla emigrando a otro país, vote. Nuestro país es Venezuela y tenemos que luchar por él. No caigamos en la trampa oficial que insta a la ciudadanía a irse si no está de acuerdo con el fulano socialismo.
Por todas y muchas razones más, vote este 8-D. Sólo quien participa y ejerce su voto, tiene el derecho a levantar su voz de reclamo ante la ineficacia de un gobierno malo. Cumple con tu compromiso con Venezuela. No pises el peine de quienes promueven tu abstención para seguir manejando el poder a su antojo.