Para el exinfielder, la experiencia en el béisbol invernal como técnico le dejó una gran enseñanza en su aspiración para el futuro de ser manager. “No es fácil dirigir en esta pelota. Todos los días es una aventura porque no puedes contar con todos tus peloteros y tienes que ingeniártela con el roster noche tras noche”, confesó el caraqueño, que se va curado con la afición caraquista.
“Si no ganas, siempre vas a ser criticado. Es una de las reglas de colocarte esta camisa. No es un trabajo fácil, las ganas por dirigir acá nunca las he perdido y ahí siguen intactas”, agregó el once veces ganador del Guante del Oro, que siempre recordará un viaje en autobús.
“Veníamos de Puerto La Cruz y casi matamos una vaca”, dijo entre risas Vizquel, quien se va con la nostalgia de dejar a su equipo en la búsqueda de la clasificación.
“Aquí lo único que falta es que todo el mundo se ponga al cien por ciento. Este mes es el más sabroso, me voy en la etapa más sabrosa del torneo. Voy a dejar un equipo que se está acoplando y que no tendrá muchos problemas de aquí en adelante”, dijo Vizquel, que se marchará a disfrutar la Navidad antes de cambiar el guante por una computadora para iniciar su trabajo con Detroit.