Brújula del juego de toque y posesión del Barcelona de los últimos cinco años, Xavi Hernández parece haber perdido el norte en este inicio de temporada, en el que equipos con planteamientos atrevidos han desconectado al jefe de máquinas azulgrana.
Víctor Martí/EFE
El número de pases del jugador de Terrassa ha descendido de manera significativa ante Rayo Vallecano, Betis, Ajax y Athletic de Bilbao, que se han atrevido a discutirle el balón a un Barcelona cada vez más desnaturalizado.
Anoche, en la segunda derrota consecutiva de la temporada en el nuevo San Mamés (1-0), se volvió a ver a un Xavi algo perdido, incapaz de dormir la vigorosa presión vasca e incómodo en el intercambio de golpes, cada vez más presentes en los matices tácticos introducidos por Martino.
A pesar de los notables veinte primeros minutos de su equipo, su jerarquía táctica no apareció en Bilbao. Acostumbrado a completar una media de 100 pases por encuentro, anoche no pasó de los 60 durante los 78 minutos que estuvo en el césped, una cifra que empieza a repetirse más de la cuenta cuando el Barça no es capaz de gobernar los partidos a través del balón.
El primer aviso se vivió en la quinta jornada del campeonato doméstico. A pesar de la solvente victoria ante el Rayo Vallecano (0-4), los de Martino perdieron la batalla de la posesión y el más perjudicado fue el egarense que, tras 84 minutos en Vallecas, consiguió conectar 46 pases.
Ocho jornadas después, se volvió a vivir un escenario similar. En la goleada (1-4) ante el Betis de Pepe Mel, los azulgranas se abonaron, de nuevo, a un partido de ida y vuelta y el metrónomo de la selección española terminó los 90 minutos con un total de 77 pases.
En Amsterdam, Sergi Roberto lo reemplazó en el minuto 74. Hasta ese momento, el egarense había completado 73 pases, tras unos primeros 45 minutos en los que los hombres de Frank de Boer hicieron vivir en carne propia esa sensación de impotencia cuando el Barça de la presión avanzada, del juego de posición y posesión, reinaba con una superioridad pasmosa en España y en Europa.
La participación de Xavi crece, sin embargo, ante rivales más defensivos. El ejemplo más claro se vio en la victoria en Celtic Park (0-1). El Barcelona consiguió un 82 % de posesión del balón y Xavi completó un total de 125 pases.
Cinco pases más dio en el empate en San Siro (1-1), en el que el Milan solo disfrutó del control del balón durante un 28 % del tiempo. Fue en la victoria ante el Valladolid (4-1) cuando consiguió el récord de pases: 150 en 90 minutos.
Pese a ello, el guardián de las esencias del estilo ‘made in Barça’ ha empezado su decimoquinta temporada en el primer equipo azulgrana con más sombras que luces.
Del actor protagonista que fue en el Barça que ‘agredía’ a sus rivales a través del domino del esférico, parece haberse convertido en un secundario de lujo que no encuentra su sitio entre la verticalidad y el descontrol. A sus 33 años, Xavi anda meditabundo en un equipo cada vez más alejado de su estilo. EFE