La artista australiana Casey Jenkins ha ideado una pieza que puede ser a la vez tierna y cuestionar las asociaciones políticas de la vulva: “Casting off my womb“ consiste en la artista tejiendo una larga bufanda con una gran madeja de estambre inserta en su vagina.
En el video (al final de la nota), Jenkins habla sobre el proceso de esta obra duracional, donde el “objeto” como tal es la medida temporal de la pieza, de su elaboración. ¿Por qué tejer? Porque el tejido, en su anudar un mismo hilo, permite construir un objeto integrado por todos los ciclos y estados que atraviesa la vulva en un periodo de 28 días: el mismo cuerpo mientras atraviesa una metamorfosis, ¿es el mismo cuerpo?
El ritmo con el que teje permite a Jenkins “un estar íntimo con mi propio cuerpo. El performance no sería el performance si lo interrumpiera durante mi periodo. El tejido se vuelve mucho más caluroso, porque el estambre se moja”, a la vez que la sangre menstrual va dejando su propia marca en la blancura de la lana.
Jenkins sabe que algunas personas pueden hallarse confrontadas con una pieza como esta: su sencillez (que no simpleza), sin embargo, puede hacerla parecer gratuita; esa es una clave para leer algunas piezas contemporáneas: la experiencia intransferible del proceso inútil, de un procedimiento que está desmarcado de la lógica de producción industrial, inserta a medio camino de lo artesanal y lo absurdo, como las piezas de Francis Alÿs: efímeras e inútiles, como mover de lugar una duna sólo para ver cómo el viento la coloca en unos minutos en otro lugar.
Fuente: Avantsex