Que no exista algún tipo de solicitud de la entrega de algún bien por parte del delincuente a la víctima del robo, o que sencillamente se conforme con verificar su identidad para dispararle, son los elementos que se manejan para considerar que un hecho puede ser un sicariato, reseña El Carabobeño.
Este se define como una muerte por encargo, en la que un individuo contrata a alguien para quitarle la vida a otro, por lo que está penada por la legislación venezolana, específicamente en el sancionado en el artículo 44 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
Para el abogado criminalista Fermín Mármol García el presidente Nicolás Maduro hizo un símil entre un sicariato y el caso ocurrido al asesinato de la actriz Mónica Spear y su pareja, Thomas Henry Berry, registrado el lunes 6 de enero, con relación a que los responsables de su muerte no dudaron en activar su arma de fuego y dispararles, debido a que poco valoran la vida cuando la persona se resiste al robo.
De no ser así el también consultor de riesgos especiales presume que el mandatario debe contar con argumentos del área de pesquisa del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) que orientan el caso por otra vía.
La hipótesis apriorística que observa el experto en el área de la criminalística es que se trata de una banda criminal con un promedio de 23 años de edad que tenía controlada esta arteria vial en horario nocturno a través del empleo de “miguelitos” para dañar a los vehículos y así producir un asalto.