El aumento del precio de la gasolina tiene como telón de fondo los disturbios urbanos y su secuela de victimas y daños al sector comercial en el centro de la capital causados por el “caracaso.” A partir de esa fecha el gobierno ha abrigado el temor de aumentar el precio de la gasolina, la cual, como es conocido, se expende al público a un precio irrisorio.
El aumento del precio de la gasolina tiene muchas aristas de orden económico, social y político las cuales trataremos de divulgar en este artículo. El gobierno ha anunciado su intención de aumentar el precio de la gasolina durante este año, el cual se estima como muy critico por las deudas contraídas a nivel local e internacional, por un crónico alto índice inflacionario, por la escasez de alimentos, por la hipoteca con los chinos pagadera con la producción de crudo, los envíos de petróleo a Cuba y el Caribe y la compra de gasolina y destilados debido a la deficitaria producción de las refinerías.
Súmese a esto, la escasez de dólares, la perspectiva de los anaqueles vacíos y un mayor índice de desempleo, las perdidas por el contrabando de gasolina y alimentos hacia Colombia y el disminuido apoyo de la opinión publica al gobierno de solo un 20% revelado en la reciente elección de los alcaldes. Ante las circunstancias aludidas no parece lo mas lógico añadirle leña al fuego durante este año, aumentando el precio de la gasolina sin antes tomar medidas prioritarias que atenúen la situación económica del país
Coener, el “think tank” petrolero, ha producido un documento sobre el aumento del precio de la gasolina donde enfatiza una serie de medidas condicionantes tendientes a mejorar la situación financiera del gobierno, lo cual, en mi opinión, solo servirá para darle mas músculo electoral y corruptivo al encumbrado poder Ejecutivo.
A mi modo de ver a lo que mas se debe prestar atención es a la estrategia de la implantación de aumentar el precio de la gasolina, divulgando públicamente las razones que asisten al ejecutivo y el método de su aplicación. Lo peor que puede hacer el gobierno es pretender aumentar el precio de la gasolina de un solo tajo a los niveles del costo de su producción. La implantación debe ser gradual en un periodo de tiempo determinado hasta alcanzar el costo de producción. Los subsidios para el transporte público deben establecerse. Como también las ganancias de los expendios de gasolina tomando en cuenta el aumento del flujo de caja requerido para comprar gasolina, el tiempo de su recuperación y gastos operacionales.
En esencia, el aumento del precio de gasolina es un beneficio que se le resta a la ciudadanía sin ningún aporte compensatorio por parte del Gobierno. Tómese en cuenta que a pesar de los ingresos petroleros, en Venezuela impera un alto sistema taxativo que afecta sensiblemente al sector corporativo y ciudadano. Un gobierno más sensato, a cambio del aumento de la gasolina, debiera rebajar el IVA varios puntos particularmente, para los alimentos enumerados en la cesta básica. Quizás con esta estrategia el aumento de la gasolina pudiera ser mas factible, sin ningún trauma.
Ramón E. Cornieles es jubilado de la IPN. Ex Director de Maraven S.A.