Al ser entrevistados por distintos medios, cada uno ha entregado en una frase su receta para llegar a cumplir más de un siglo y continuar disfrutando de los placeres de la vida.
“De niños, siempre estábamos tan ocupados en disfrutar de la vida que muy a menudo nos olvidábamos de comer o dormir. De adultos, debemos hacer lo mismo: no hace falta seguir horarios estrictos de comidas y sueño”, opina el médico japonés de 101 años de edad Shigeaki Hinohara.
“Los ejercicios físicos no son una cosa muy necesaria, la importancia que se les da es exagerada. Olvídense de tomar las vitaminas y no vayan a los médicos demasiado. ¡Enamórense, cásense! Se debe fomentar el sexo”, voceó en 2011 un colega suyo estadounidense, de 100 años, en la cadena NBC.
“La receta de una vida prolongada es una buena esposa y un whisky doble cada noche antes de irse a dormir”, detalla otro Matusalén, entrevistado por la socióloga estadounidense Gwen Weiss-Numeroff. En 2010, otra anciana de 100 años de edad, Peggy, poco antes de su muerte, aconsejó a todas las mujeres del mundo: “¡No se casen con un hombre que sea mayor que ustedes, cásense con uno que sea más joven!”.
Para Adrine Chauvin Lee, que cumplió 100 años en marzo de 2013, no es necesario seguir dieta alguna, pero es recomendable beber agua del grifo. “No se mueran, aunque deseen hacerlo”, aconseja.
“Nunca he fumado, he bebido o he probado un porro. Y no permito que algo me estrese, especialmente el tráfico”, confesó en 2012, en su 101 cumpleaños, Mary Cooper al diario ‘The Washington Post’. La británica Dorothy Howe, que celebró su centenario en noviembre pasado, en cambio, aseguró al ‘The Daily Mail’ que el secreto de su salud son 15 cigarrillos diarios y tomar regularmente una copa de whisky.
Para Lili Rudin, nacida en 1912, lo más importante es hacer, al menos, una cosa interesante al día. La receta de Mae Lewis es ir de compras tres veces por semana como mínimo. Dormir bien y tener buenos sueños es el consejo de Haruo Ito.
Un nieto abrió en Reddit un ‘foro’ para que la gente pueda hacer preguntas a su abuela de 101 años. Entre otras cosas, la anciana recomendó: “Sean sinceros: es demasiado trabajo aguantar el ritmo de una mentira”. Además, comentó: “Trato de darme cuenta de los detalles que hacen nuestra vida más bella. En esos momentos el tiempo se detiene”.
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