Consumidores se han visto obligados a cambiar los hábitos alimenticios antes la escasez de pollo, carne, leche, harinas de maíz y de trigo, mantequilla, aceite comestible y demás productos de la cesta básica. El Carabobeño
Completar y preparar los desayunos, almuerzos y cenas con lo que consigan en los diferentes establecimientos y con lo que tengan en casa es la opción que utiliza la mayoría de los consumidores para satisfacer sus necesidades.
La ama de casa María Sousa debe asistir todos los días a los supermercados y establecimientos para ver qué producto consigue, pero igual ha tenido que cambiar los hábitos alimenticios por la escasez. Cuando no tiene leche no compra cereales ni toma café. “Es difícil continuar con las costumbres alimenticias que uno tenía”.
Consumidores coincidieron en que de no conseguir harina de maíz para las arepas ni leche para los cereales y el café, desayunan con panes, tortillas, yogur, galletas, pastelitos o tequeños. Estos platos también los utilizan para las cenas incluyendo las cremas de apio o auyama y ensaladas.