El título del artículo de hoy, aún cuando a muchos se le asemeje al nombre de alguna serie de televisión o al de una película del género policial, es por el contrario el nombre que el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), le ha dado a un extraordinario documento publicado a finales del 2013, “Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014”, el cual fue elaborado con el concurso de reconocidos expertos, y donde se evalúan experiencias exitosas de diversos países y se presentan valiosas recomendaciones, como un aporte del organismo para coadyuvar en el análisis riguroso de la situación e implementación de políticas públicas relacionadas al tema de la violencia y la seguridad ciudadana en la región de Latinoamérica.
En un país como el nuestro, donde el crecimiento desbordado de la delincuencia, la violencia criminal y la impunidad, no hacen sino fortalecer año tras año el incremento de las lamentables estadísticas sobre víctimas fatales, heridos, discapacitados, huérfanos y pérdidas económicas, entre muchas otras consecuencias adversas, también este tema tienen repercusiones negativas sobre nuestra calidad de vida y el deseado desarrollo humano, por lo cual estimo que el contenido del informe y sus recomendaciones no deben pasar desapercibidos a las autoridades.
En medio de ésta traumática y dolorosa realidad por la que atraviesa la sociedad venezolana, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para echar a un lado y obviar las discusiones banales sobre las supuestas culpas de la programación de los canales de televisión como instigadores y responsables de la violencia, pues sólo pretenden desviar la atención de la opinión publica y ocultar la responsabilidad que tiene el estado de garantizar, por todos los medios, la seguridad ciudadana.
En mi opinión, es el momento de sumar voluntades al dialogo y al necesario trabajo coordinado entre los distintos organismos públicos, que pareciera tener una ventana abierta desde el Ministerio del Interior y Justicia, como ha sido expresado en las reuniones iniciadas con los Alcaldes y Gobernadores (sin distingo de ideología o militancia partidista), e incorporar a ellas a representantes (rostros humanos) de las comunidades, de nuestras universidades, gremios profesionales y Organizaciones No Gubernamentales, que por años han estado trabajando en lo referente a la defensa de los derechos humanos, contra la violencia y por la seguridad de todos por igual.
Como todos los días conocemos de rostros humanos desaparecidos por la inseguridad, es hora de comprometer en su nombre, la voluntad política, inversión, tecnología, prevención integral y participación ciudadana en la lucha contra la inseguridad.
@Angelrangels