La Agencia Venezolana de Noticias, AVN, rescata de los archivos del pasado, los sucesos y principales palabras de la toma de posesión del ex golpista, militar retirado, Hugo Chávez Frías. Candidato en el que millones de venezolanos depositaron su confianza una y otra vez y que de a poco -independientemente de las alarmas y voces que lo pronosticaban, callados miles de veces por el arsenal de palabras y actuación mediática del hombre de la boina roja- nos condujo al berenjenal en donde estamos metidos.
Quince años después tenemos “una patria”. Muy a pesar de las consignas, de culpar a enemigos invisibles que solo aparecen en los discursos -muy golpeados por las leyes del mercado- y, como no, de los aprovechadores del momento; el “cadivismo” (inventado por Chávez) una inflación del 100 por ciento (sin querer queriendo); escasez; con la mayor inflación del mundo; de expropiaciones; cierres de canales; donde la ley no se cumple y la ministra penitenciara se toma fotos cachete a cachete con los hampones; donde a los policías los asedian los mismos con armas de guerra; sin división de poderes, sin papel; donde una iguana es la culpable de la falla de la luz; donde la gasolina se la regalan a los contrabandista para hacer negocios; chanchullos, chanchullos, donde los viejitos tienen que hace colas enormes para cobrar pensión; donde hay que mendigar productos de la cesta básica, donde hay que “jalar bolas” para acceder a las riquezas que produce tu país y que es un derecho como ciudadano; donde las madres tiene que despedir siempre a sus hijos, en el aeropuerto o en las tumbas, etc, etc, etc, etc y podríamos pasar toda la noche enumerando… quince años después, se celebrará ese momento.
A continuación las palabras del soberbio presidente, cuando se montó en el coroto:
El 2 de febrero de 1999 nació una Venezuela libre y bolivariana
“Hoy, 2 de febrero de 1999 ¡llegó la hora del pueblo de Venezuela! Hoy 2 de febrero de 1999 llegó la hora de la resurrección de la Patria de Simón Bolívar(…) Celebramos el nacimiento de la Venezuela libre, de la Venezuela bolivariana que siempre hemos soñado”, expresó el comandante Hugo Chávez hace 15 años al tomar posesión de su primer mandato presidencial y ofrecer su discurso ante el pueblo venezolano en el paseo Los Próceres, en Caracas.
A esa tribuna llegó con el 56,20% del voto popular alcanzado en la elección del 6 de diciembre de 1998, cuando el despertar nacional diera su apoyo a la retoma del sueño y proyecto bolivariano de unión regional que se truncó en 1830 con la muerte de El Libertador Simón Bolívar y la disolución de la Gran Colombia.
Previo a ese acto de calle, Chávez había sentado las bases de la refundación de la República al ser juramentado como Jefe de Estado en la Asamblea Nacional. Tras descartar usar la banda presidencial, símbolo de la Cuarta República, periodo marcado por la democracia representativa, el puntofijismo y la reiterada violación de los Derechos Humanos, alzó su mano derecha al aire, colocó la izquierda en la Constitución de 1961, y declaró:
“Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro”, dijo.
En medio de una gran fiesta popular que se extendía a todos los rincones del país y tras asumir después del acto en el Capitolio Federal, sede del extinto Congreso de la República, el comandante Chávez, en su primera iniciativa como Presidente desde el Palacio de Miraflores, convocó inmediatamente a una Asamblea Nacional Constituyente para elaborar una nueva Constitución, fundamentada en un estado democrático, de justicia y de derecho, que fue aprobada en referéndum el 15 de diciembre de 1999, por mandato del pueblo con 3 millones 301 mil 475 votos a favor del Sí, equivalente al 71,78% del electorado.
La opción del No tuvo un millón 298 mil 105 votos (28,22%) y fue defendida por los voceros de Acción Democrática (AD), Copei y otras agrupaciones opositoras, que en aquellos años se oponían a su aprobación, pero que hoy pretenden asumir a la Constitución Bolivariana como su bandera para hacer política.
La redacción de un nuevo documento constitucional, que se adecuara a los nuevos tiempos, fue solicitado por Chávez sobre la base de “la imperiosa necesidad histórica de elegir una Asamblea Constituyente para que esta redacte y apruebe una nueva Ley Constitucional, que haga posible una democracia verdaderamente representativa y efectivamente responsable y alternativa”.
Así nació la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, que derogó el texto de 1961 creado por el bipartidismo el cual durante casi 40 años confinó al pueblo a un modelo representativo que invisibilizó el protagonismo popular e impidió la pluralidad y participación colectiva, principios rectores de la actual Carta Magna bolivariana.
Con la nueva Ley del Estado surgió el modelo político propuesto por Hugo Chávez en su campaña electoral, denominado Democracia Participativa y Protagónica, sustentando las bases para construir la V República.
La patria más viva que nunca
Durante la toma de posesión a la que asistieron, entre otros, los presidentes Miguel Angel Rodríguez, de Costa Rica, Fidel Castro, de Cuba, Carlos Ménem, de Argentina, Alberto Fujimori, de Perú, Andrés Pastrana, de Colombia, y Julio María Sanguinetti, de Uruguay, Chávez recalcó que en el país “se desató una verdadera revolución moral, política y ética. Si no le damos cauce a esa fuerza desatada se desbordará. No podemos defraudar al pueblo de nuevo”.
El Presidente se refería a que el trabajo que le correspondería como Jefe de Estado, en trabajo conjunto con el pueblo, hacía imperante dar al traste con una situación política, económica y moral que calificó de “emergencia social”.
“Yo declaro al mundo que Venezuela está en emergencia social. Nosotros tenemos que enfrentarla, pero no para restringir o eliminar garantías. ¿Quién va a eliminar garantías en Venezuela si ya todas están eliminadas? ¿Cómo vamos a suspender lo que ya está suspendido? ¿Qué garantías más le vamos a quitar a nuestros pueblos?”, expresó.
Por aquellos años, la exclusión social se traducía en elevadísimos niveles de desigualdad social, en tanto el nivel de pobreza era de 20% en la década de 1970; y cuando terminaron las décadas de 1980 y 1990, el número de familias pobres estaba en 57%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En esa época, las medidas neoliberales de los gobiernos cuartorrepublicanos ahogaban al país en una ola de privatizaciones de sus recursos y activos, aplicadas por el último presidente de la IV República, Rafael Caldera, en detrimento del pueblo que sufrió con el alza de los precios de los servicios y bienes de consumo (agua, luz, transporte, gasolina, educación, alimentos, telefonía, entre otros).
No obstante, la llegada de la Revolución Bolivariana trajo consigo una creciente y sostenida inversión en materia social, que en lo sucesivo se ha convertido en un factor fundamental para que los indicadores relacionados con la pobreza se mantengan con una continua tendencia a la baja.
La pobreza extrema cerró en 6% el año 2012, y con ello rompió el piso duro de 7%, informó en 2013 martes el presidente del INE, Elías Eljuri.
Eljuri recordó que el presidente Hugo Chávez al analizar la reducción del índice de pobreza extrema de 29,8% en 2003 a 6,7% en 2011, calificó ese número como el piso duro, y para superarlo ideó las Grandes Misiones como Saber y Trabajo, Hijas e Hijos de Venezuela y En Amor Mayor.
Los logros de Venezuela en materia social han sido reconocidos por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La historia contemporánea del siglo XXI en Venezuela se ha caracterizado por la trascendencia política instaurada por la Revolución Bolivariana y que se ha logrado junto al pueblo porque “esta Revolución no depende de un sólo hombre, se ha desatado un liderazgo colectivo”, enfatizara el 8 de diciembre de 2012 el comandante Chávez, en su último discurso a la nación.
“Venezuela ya hoy no es la misma de hace veinte años, de hace cuarenta años. No, no, no. Tenemos un pueblo, tenemos una Fuerza Armada, la unidad nacional”, enfatizó y subrayó: “Hoy tenemos la patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado”.