No podemos hacernos de la vista gorda cuando se les montan expedientes a los estudiantes, se les persigue y se les encarcela como criminales por el solo hecho de protestar por causas absolutamente justas. O es que deseamos tener muchos Nixón Moreno, el dirigente estudiantil de la ULA, denostado y criminalizado hasta llevarlo a vivir en el exilio. En esa dirección apunta la persecución decretada contra el líder estudiantil Villca Fernández, secretario general de la FCU-ULA y otros muchachos.
Si no lo saben o lo han olvidado, me permito recordarlo: Aquí hay un enemigo común de la democracia. SÍ, E-NE-MI-GO-, no porque así lo hallamos querido sino porque así lo han querido ellos al ponerse al margen de la Constitución y las leyes en todas sus ejecutorias, en especial las relacionadas con los derechos humanos. Y ese no es otro que el gobierno de Maduro que en menos de un año ha devastado este país hasta arroparlo en una oscura nube de escasez, inflación e inseguridad que piensa ocultar con una miserable represión que abarca la censura de los medios hasta masacrar al que proteste.
Que no se comparta políticamente las decisiones y actuaciones de otros, no puede llevarnos a exonerar con nuestra indiferencia al régimen. Aquí el violento, intolerante, represivo y ladrón es el gobierno. El silencio nos hace cómplices. ¡Mosca, pues!