Seguramente habrá adláteres rojos, bandadas de militares y civiles, que le agradecen por haber sido colocados “donde haiga” y haber podido engordar sus cuentas verdes para su futuro y el de 3 o 4 de sus generaciones herederas, a las que aún despilfarrando les alcanzará y sobrará, una vez caiga el régimen, tal es el tamaño del desfalco nacional que han perpetrado los rojos pudientes. También los castro y su pandilla agradecen, pero al difunto que les dejó de regalo a esta marioneta con control remoto y a la “patria” para lo que necesiten.
Sin embargo también quienes nos oponemos al régimen más funesto del mundo, quizás pronto debamos agradecerle, por hacer caso a la “inteligencia cubana y militar” (dos oxímoros en uno) y cazar una pelea abierta contra los estudiantes (“están presos y van a la cárcel”) que han venido manifestando su protesta en las calles de Venezuela.
Si es cierto que la historia se repite, aunque con variaciones notables, la fuerza de los movimientos estudiantiles ha jugando papeles decisivos en numerosos procesos de cambio en Venezuela.
Y si bien el auge y reflujo de los movimientos de masas son un fenómeno social y político difícil de predecir y mucho más difícil de decretar, generar o manejar, hay situaciones que producen las condiciones propicias para estallidos sociales, y a veces “una sola chispa puede incendiar la pradera” como dijo el rojo aquel que el difunto tanto admiró, Mao Tse-tung, cuando predijo: “Toda China está llena de leña seca, que arderá pronto en una gran llamarada.”
A pesar de que la crisis económica es la peor que han sufrido los venezolanos en por lo menos el último medio siglo, con niveles de escasez e inflación escandalosos, a pesar de que las continuas devaluaciones han venido empobreciendo de forma acelerada a todos los venezolanos, a pesar de que la inseguridad nos agobia de manera asfixiante, a pesar de que todos los pesares parecen crear las condiciones objetivas para una sublevación, estos pesares por si solos, no necesariamente desatan rebeliones populares.
Es la conexión entre las condiciones críticas y el liderazgo social y político la que puede generar movimientos de masas contundentes, en respuesta a una “chispa”, como las agresiones contra las protestas justas y necesarias de los estudiantes.
La represión es ahora el arma principal del régimen cubano-militar, demasiado temeroso de perder el poder y todos los privilegios de los que disfrutan sus enchufados a costa de la gran mayoría de los venezolanos.
Veremos si habrá que agradecerle haber escogido este camino contra los estudiantes, para acelerar su derrumbe, o su Revocatorio, por el que hoy firmarían y votarían, sin duda y sin miedo millones de venezolanos, incluidos “chavistas” no “maduristas”.
Mucho pareciera indicar que no le queda mucho.
Christian Burgazzi
@cburgazzi
Caracas, 08 de Febrero, 2014