Ricardo Lombardiniya no tiene miedo. Esa emoción que paraliza y congela el cuerpo la perdió hace tiempo de tanto protestar por las calles de Caracas y correr perseguido por los policías. «No nos retiramos de la calle hasta que no liberen a todos los detenidos y Nicolás Maduro tiene que dar la cara, porque los violentos son los del Gobierno y no nosotros, como nos quieren culpar». abc.es / Ludmila Vinogradoff
Lombardini es un estudiante de Medicina de 22 años de la Universidad Central de Venezuela. Este sábado se encontraba en la Plaza Alfredo Sadel, en Las Mercedes, al terminar la jornada pacífica en ese sitio para trasladarse más tarde a la Plaza Altamira de Chacao, donde un grupo de universitarios quería manifestarse.
Heridos con perdigones
El alcalde de Chacao, Ramón Muchacho, reveló que los organismos de Seguridad del Estado «actuaron con dureza» el sábado para disolver la concentración de los estudiantes; lo que desembocó en disturbios violentos que dejaron como saldo dos heridos por perdigones y varios casos de asfixia. «Hubo mucho gas lacrimógeno, quema de basura, de cauchos y algunos daños al mobiliario urbano», señaló.
En el sur de Venezuela, Puerto Ordaz también fue escenario de choques entre estudiantes y grupos parapoliciales. Los habitantes tuvieron que esconder a los jóvenes en sus residencias para protegerlos de los pistoleros que sembraban el terror disparando y quemando neumáticos en las calles.
El alumno de Medicina relata que «vi a los colectivos armados del 23 de Enero y a los agentes de la policía política del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) disparar contra los manifestantes. No queremos más muertes». «Exigimos justicia para nuestros compañeros asesinados, que su muerte no quede impune y sean liberados todos los estudiantes», agregó Lombardini.