El Domingo 2 de febrero publiqué un escrito en mi blog, ver: http://lasarmasdecoronel.
Y he aquí que apenas diez días después aparecerían ambos ingredientes en la escena nacional, ambos de la mano de Leopoldo López. Uno, la narrativa, sencilla y poderosa. En esencia dice, si quieres cambiar la ruinosa situación del país, vamos juntos a la calle. Vamos a protestar. El letargo trae más letargo. La acción genera acción (y reacción, la cual, a su vez, genera más acción). Dos, el gran gesto. López dijo que daría la cara. Que estaría dispuesto a ir a la cárcel. Que no abandonaría a su país. Y así lo hizo. El Leopoldo López que entró ayer a la cárcel saldrá de ella agigantado en su condición de líder de la oposición venezolana.
Otro mensaje positivo de la actitud y del gesto de Leopoldo López ha sido la refirmación del concepto de un liderazgo colectivo. No hay un protagonista exclusivo en este atisbo de primavera venezolana. Junto a Leopoldo López hay muchos otros protagonistas quienes se han ido a la calle y parecen dispuestos a perseverar: Maria Corina Machado, Antonio Ledezma, Diego Arria, los estudiantes y sus propios líderes. De repente, pareciera que los venezolanos han perdido el miedo y se enfrentan, sin armas, a los gorilas Cubanos enviados por los Castro y a los asalariados de los narco-generales y de la boliburguesía, quienes saben que serán castigados por un nuevo gobierno y no están dispuestos a entregar el poder.
Nadie sabe como se desarrollará este drama que vive hoy Venezuela. Pero lo que si sabemos ya es que hay un país decidido a recuperar su dignidad y una mafia en el régimen que está dispuesta a matar y a entregarse completamente a los Cubanos para conservar el poder de robar impunemente y de imponernos sus absurdas ideologías. Esa es la batalla que está planteada y se ha hecho evidente gracias al mensaje y al gran gesto de Leopoldo López y sus aliados.