Los abajo firmantes, queremos presentar a la opinión pública un documento titulado “URGE UNA TRANSICIÓN PARA RESCATAR LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA”, dirigido a los venezolanos de buena voluntad, a los gobiernos del hemisferio occidental y a los medios de comunicación. Los objetivos de este texto son los siguientes:
Primero, exponer las razones por las cuales es inevitable que en Venezuela se produzca cuanto antes una transición amparada en la Constitución, con el fin de evitar una catástrofe humanitaria, rescatar la democracia y reconstruir la República. Segundo, explicar cuáles deberían ser los alcances de dicha transición, para que quede enmarcada dentro de los parámetros establecidos por la Constitución, las leyes vigentes y el Derecho Humanitario internacional. Y tercero, preparar a la opinión pública nacional e internacional para los acontecimientos extraordinarios que se desarrollarán en Venezuela.
Fundamentamos nuestro planteamiento en el desmoronamiento que ocurre en todos los ámbitos del devenir nacional, entre ellos, economía, petróleo, salud, suministro eléctrico, seguridad, justicia, libertades, derechos humanos y sistema electoral. También denunciamos la subordinación a Cuba y un sinfín de violaciones a la Constitución, que en la práctica constituyen sucesivos golpes de Estado. Cabe destacar que, como se puede comprobar en el documento, no exponemos solo nuestras opiniones, sino la visión de destacados expertos y organismos en cada materia tratada.
En Venezuela ya se ha iniciado un proceso de insurrección generalizada y de estallido social, que se evidencia con protestas populares por diversos motivos, cada vez más frecuentes; anarquía y pérdida de la gobernabilidad; y el intento desesperado del oficialismo de mantenerse en el poder a través de una represión creciente y despiadada. Al momento de escribir estas líneas, el movimiento estudiantil realiza protestas pacíficas en las calles de Venezuela, que han sido atacadas ferozmente por grupos paramilitares armados, amparados por el oficialismo, causando muertos y heridos.
La terrible crisis económica, la polarización política, la arbitrariedad y la injerencia cubana, constituyen una peligrosa combinación, que puede provocar enfrentamientos aún más graves, de largo alcance y duración. Es un deber de todos los ciudadanos conscientes evitar que eso ocurra.
Adicionalmente, el chavismo –tutelado por el régimen castro comunista cubano– no se ha contentado con provocar la destrucción en nuestro propio territorio, sino que ha exportado su perverso modelo a otras naciones vecinas, lo cual pone en riesgo la estabilidad y la paz regional.
Debido a que el Gobierno comete fraude y a que ha secuestrado todos los poderes públicos, se han cerrado las opciones electorales, judiciales o legislativas, para resolver la profunda crisis que vive el país; por tanto, no queda otro remedio que recurrir a los artículos 328, 333 y 350 de la Constitución, para rescatar la democracia, restablecer el hilo constitucional y defender la República de su inminente disolución.
En la modernidad, una participación de los militares en el remedio de la crisis no tiene por qué ser violenta. El 23 de enero de 1958, las Fuerzas Armadas, respaldadas masivamente por el pueblo, derrocaron al dictador Pérez Jiménez sin disparar un solo tiro, haciendo uso de la amenaza de la fuerza. Esta actuación incruenta dio origen a una de las democracias más duraderas y estables de la región.
Éste es el momento para que algunos magistrados y diputados oficialistas, que tienen injerencia en las decisiones del Poder Judicial y el Poder Legislativo, reflexionen sobre su responsabilidad histórica. Es preferible que sean ellos mismos los que remuevan a Nicolás Maduro del cargo, y busquen un consenso con la oposición para gerenciar una transición, antes que mantenerse obstinadamente en el error, y seguir avalando un régimen ilegítimo, usurpador, totalitario y subordinado a Cuba. Las consecuencias de su equivocación serían peores para ellos y para el país.
Hacemos un llamado a todos los venezolanos de buena voluntad, dentro y fuera de las Fuerzas Armadas, a ponerle fin a esta locura, y a luchar unidos para rescatar la democracia, restituir las libertades y recuperar la sindéresis. Deseamos enfatizar que los civiles no dejaremos solos a los militares en esta circunstancia histórica; se trata de una responsabilidad compartida que debemos sobrellevar conjuntamente.
También hacemos un llamado a los sectores democráticos del mundo entero, para que comprendan el dilema que estamos enfrentando los venezolanos: seguir soportando esta situación y permitir la destrucción de nuestra patria e incluso la de América Latina; o recurrir a nuestro sagrado derecho a la desobediencia pacífica, para garantizar la paz, la armonía y el Imperio de la Ley.
Enrique Aristeguieta Gramcko, Enrique Tejera París, Asdrúbal Aguiar, Diego Arria, Oswaldo Álvarez Paz, Germán Carrera Damas, Aníbal Romero, Pedro Palma, Alfredo Coronil Hartmann, Antonio Sánchez García, Manuel Rachadell, Alfredo Weil, Nelson Ramírez Torres, Luís Betancourt, Humberto Maio, Aníbal Latuff, Macky Arenas, Luis Manuel Aguana, Julio César Rivas, Santiago José Guevara García, G/D Rafael Montero Revette, V/A Rafael Huizi Clavier, G/D Carlos Julio Peñaloza, G/D Manuel Andara Clavier, V/A Carlos Ramos Flores, C/A Elías Buchszer, G/B Luis José Hernández Campos, G/B Eduardo Cabrera, G/B Néstor Sánchez Toro, G/B Bernardo Díaz Castillo, C/A Eddie Guerra, Cnel. Fernando Magallanes, Cnel. Asdrúbal Ramos Balza.
Más firmas en depósito. Quienes deseen adherirse a esta iniciativa, pueden enviar sus datos al correo noaldominiocubano@gmail.com o a la cuenta de Twitter @VSoberana