Un hombre de unos 60 años entra a una farmacia ubicada en el Centro Comercial Judibana en Puerto La Cruz, y después de recorrer los pasillos y chequear los estantes le pregunta a una vendedora: “¿dónde está el Borocanfor (talco para pies)?”. Ella le responde desde el área de despacho de las medicinas: “no hay, eso también está agotado”, informa El Tiempo.
Minutos después el cliente le comenta a una persona que saluda en la caja de pago que no consigue “Borocanfor (marca comercial) en ningún lado”.
De inmediato, Yodi Benítez, otra de las expendedoras del comercio que pertenece a una conocida cadena del ramo, explica que el producto no ha sido despachado por los proveedores este año.
“En este país no hay nada de lo que buscas. Hay que caminar mucho y hacer largas colas para comprar lo que necesitas… Imagínate que no hay ni talco para los pies, toallas sanitarias, desodorantes, como tampoco los artículos de la cesta básica”, indicó el ama de casa Elizabeth de Ramos, quien no pudo comprar lo que requería.
En este establecimiento no se consigue con regularidad los medicamentos Natele, Calcibón natal (para embarazadas), Diovan de 40 mg, Abvitos, Flegyl, Meteovac, ni los anticonceptivos Minigynon (pastillas) y Mesigyna (inyección), informó Benítez. “Por estos productos preguntan a diario y por la emulsión Scott (complemento vitamínico”.
Durante su jornada laboral de siete horas y media, la joven, responde al menos 50 veces “no hay” cuando le preguntan por los fármacos y productos que están escasos.
Su compañera de trabajo, Amaury Martínez, asegura que pronuncia muchos de 50 veces esa frase que tanto se repite en Venezuela desde que se acentuó el desabastecimiento en todos los sectores productivos.
“Una señora acaba de pedir un frasco de acetona y eso tiene tiempo que no llega, tampoco hay variedad de afeitadoras y los clientes se tienen que llevar la única que nos están trayendo… Cuando voy a comprar a otros comercios me dicen lo mismo: no hay cuando busco algo”.