El pasado sábado nuestro pueblo pudo presenciar lo que sin duda se ha convertido en el acto más aberrante, vergonzoso y violatorio de la Constitución que hemos vivido en la Venezuela moderna. Vimos cómo la cúpula de nuestras Fuerzas Armadas se colocó de rodillas ante la línea partidista del PSUV, acto absolutamente humillante en primer lugar para la familia militar y en segundo lugar para todo nuestro pueblo que vio cómo el poder militar se subordinó al poder político.
Ya basta de una cúpula de militares acomodados que utilizan a nuestras Fuerzas Armadas para el beneficio personal, para la aspiración política, para enfrentar a pueblo contra pueblo, dejando sin duda los valores y principios guardados bajo el más oscuro baúl enterrado sobre montañas de prebendas, beneficios y mucha fuerza “crematística” acumulada.
Hoy quiero exigir respeto a la familia militar decente que es la mayoría de nuestras Fuerzas Armadas, aquélla que debe sobrevivir con el quince y el último mientras los “generales enchufados” derrochan olor a burguesía por todo el país, contra ustedes hermanos y hermanas no es nuestra lucha, nuestra lucha es contra quienes los oprimen adentro y los obligan a humillarse para complacer al jefe que les mueve la cuna a ellos y en segundo lugar mi repudio público a la ministra de la Defensa, al comandante del CEO y al Alto Mando Militar complaciente que permitió y aplaudió el show denigrante del día sábado.
Bolívar siempre comandó un ejército profundamente comprometido con la patria, donde como dice el himno nacional con virtud y honor, los jefes militares de hoy solo le rinden pleitesía complaciente y entreguista a quienes desde el poder les mantienen sus privilegios.
Primero Justicia