Lapatilla
En su afán de agredir a María Corina Machado el capitán Diosdado Cabello, boliburgués mayor del régimen, la llenó de insultos en la Asamblea Nacional, ese pozo séptico de la política venezolana. Uno de los multiples insultos que intentó Diosdado Cabello fue llamarla Maríamachado, quizás tratando de que el nombre sonara simiricuire, a lo Ciliaflores o Luisamorales.
La agresión de fondo es la de acusarla de asesina y fascista, dos características que le cuadran mucho más a la ministro actual de la defensa en Venezuela, Carmenmeléndez, quien se fotografía a cada rato abrazando a Raul Castro. María Corina Machado es una luchadora por la democracia y la libertad y mañana Viernes 21 de marzo hablará en la OEA, donde el engendro de Roychaderton, quien ha disfrutado de cambures bajo media docena de gobiernos de la más variada tendencia, seguramente la llamará traidora, enfundado en su liquiliqui negro y temblando ligeramente de gozo sádico.
Mañana vamos a estar frente a la OEA dando apoyo a María Corina Machado, quien llevará a ese devaluado organismo la voz de la dignidad venezolana, hoy en lucha contra el régimen que tiene comprada esa oganización a través del ALBA y de PetroCaribe. No se hará ilusiones María Corina de poder despertar en ese organismo el sentido de justicia y de decoro que está muerto o en coma irreversible. Pero, al menos, su voz resonará ante los pueblos, ya que no es posible pedirle a gobiernos mercenarios que actúen en defensa de conceptos como democracia y libertad y en contra de un régimen forajido que los ha llenado de petrodólares.
La OEA es un caso clásico de un organismo internacional asfixiado por los complejos de inferioridad y las ideologías fracasadas, de mezquindad disfrazada de no intervencionismo y de una soberanía que no existe sino en mentes adormecidas por el buen comer y el beber.
María Corina hablará en la OEA gracias a la generosidad de Panamá. Los representantes de países como Costa Rica, Chile, México, Colombia, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Honduras, República Dominicana y Guatemala, sabrán en sus corazones que ella dirá la verdad pero probablemente guardarán silencio. Solo USA, Canadá, Panamá, quizás Perú, dejarán oir su voz de solidaridad con ella. Y Nicaragua, Bolivia, Ecuador y los países del Caribe, todos quienes le deben a la nación venezolana hasta la manera de caminar, la criticaran y elogiarán al régimen venezolano que se ha mostrado pródigo con ellos, a expensas del pueblo venezolano.
Ojalá María Corina hable de la manera como Chávez arrasó con las instituciones democráticas, como Maduro llegó al poder en violación de la constitucion, como su victoria estuvo contaminada de irregularidades, como se ha dedicado a repimir sin escuchar la voz del 50% del país. Ojalá hable de la corrupción galopante que hay en las finanzas públicas y en empresas del Estado como PDVSA, Corpoelec y CVG. Ojalá mencione el desfalco gigntesco hecho posible por el control de cambios y como el régimen ha propiciado la creación de una clase millonaria basada en el fraude cambiario. Ojalá hable de los generales narcotraficantes quienes son los que apuntalan el régimen de Maduro, junto con Cuba. Ojalá mencione la tarjeta de racionamiento a punto de implantarse en Venezuela y como las líneas aéreas se están ausentando de Venezuela. No estaría de más que citara el ranking del Instituto de Justicia Mundial, 2014, en el cual el régimen venezolano es último entre 99 países, en efecto, ilegítimo de comportamiento.
Y, por supuesto, ojalá que hable de la situación de los presos políticos y de los manifestantes heridos y asesinados en las calles de Venezuela, la represión desenfrenada que comanda la ministro de la defensa Carmen Meléndez, los elogios de los terrroristas urbanos hechos por Maduro e Iris Varela, la intervención grosera y humillante del castrismo en los asuntos internos de Venezuela, gracis a la traidora y obsequiosa invitación del régimen.
Que María Corina haga oír el mensaje de la Venezuela libre, la Venezuela que no se va a rendir hasta ver a esta pandilla fuera del poder.