El 1° de abril se iniciará en todo el país el registro biométrico de la Misión Alimentación, que es el primer paso para la implementación de la Tarjeta de Abastecimiento Seguro anunciada recientemente por el Ejecutivo nacional. eltiempo.com.ve / Katy Jurado
El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó que este instrumento será utilizado para comprar en los establecimientos comerciales del Estado, a fin de acabar con el contrabando de alimentos subsidiados a Colombia.
Aunque el mandatario nacional ha dicho que no se trata de una plan de racionamiento como el de Cuba, compradores de Mercal, Pdval y Abastos Bicentenario en la zona norte de Anzoátegui temen que sea similar y rechazaron su aplicación.
Los coordinadores de Pdval y Mercal en la entidad, Miguel Mejías y Jimmy Natera, respectivamente, se abstuvieron de declarar sobre el tema. Trascendió que están a la espera de conocer detalles sobre la utilización de la tarjeta y la forma de suscripción.
Uno de los voceros del consejo comunal Vista Hermosa de Barcelona, Celestino Gamboa, informó que a través de la Sala de Batalla Ezequiel Zamora bajaron lineamientos sobre el censo que hará cada comuna para determinar la cantidad de familias que viven en pobreza extrema, a las cuales les asignarán una bolsa de alimentos de la cesta básica, sin costo. Pero, desconoce las especificaciones de la tarjeta.
El ama de casa María Ramos vive en el barrio Razetti II de Barcelona y asegura que siempre va al establecimiento de Pdval ubicado en la avenida Argimiro Gabaldón.
“El presidente (Maduro) dijo en cadena de televisión que la tarjeta se activará cada ocho días, para así poder reducir la escasez. Espero que no sea una libreta de racionamiento como la cubana porque no lo vamos a aceptar. Las madres que tienen 8 o 10 hijos no pueden alimentarlos con dos o cuatro paquetes de harina al mes”.
Estima que la mejor forma de evitar el desabastecimiento es controlando a los revendedores y comerciantes informales que han creado redes para comprar en todas partes y acaparar los productos.
Otro usuario, Pedro Malavé, quien reside en el barrio Universitario, dijo que cada vez es más difícil adquirir los alimentos en este lugar.
“Vienen muchos buhoneros, las colas son infernales y siempre hay peleas entre ellos. A mí no me gusta la idea de la tarjeta de racionamiento porque no debemos adoptar modelos de otros países. Prefiero que las ventas sean para todos”.
Alejandro López manifestó su desacuerdo con el modelo que implementó Fidel Castro en Cuba, pero cree que ya es una decisión tomada.
“Falta ver si la gente lo aceptará”.
Mairelis Pico refirió que siempre va a Mercal. Aunque le resulta económico, señaló que no ve conveniente más racionamientos. “Ya tenemos limitaciones para comprar aquí, porque la venta en racionada. Qué más quieren”, expresó.