Ampliar la base social de quienes adversan al gobierno es el objetivo político que sintoniza con el estadoanímico en el que se encuentra Venezuela. Paralo cual, la salida del oficialismo necesita alojarse en los sentimientos de la gente antes de acordar la vía y el momento de su ejecución.Sin embargo, esa meta supone enlazar un movimiento que supere los 10 millones de ciudadanos. Con lo cual la corriente de oposición con siete millones quinientas mil personas se convertirá en una poderosa marea de venezolanos inspirados.Además, serían las ilusiones de esepueblo reunificado las convocantes alproceso de cambio y nounos dirigentes o los lineamientos de algunos partidos. En este enfoque la premisa reconoce que el país está metido en una crisis de sociedad, no sólo de gobernabilidad. Por lo cual postula que su reacomodo será lento. Con lo que se aparta de aquellaopinión que ve en el corto plazo la salida de Nicolás Maduro y sus amigos.
Laconfrontación con el oficialismo será indefiniday, por lo mismo, agobiante.Por eso,el posicionamiento de expectativasocupa un lugar clave en esta lucha por recuperar la salud de la democracia. El objetivo es tensar emociones poruna temporada imprecisa, antes que fijar esperanzas inmediatistas. Por cierto, en esta etapa de pasiones crispadas la prudencia ofrece varios consejos que conviene recordar. La transparencia en la comunicación con el pueblo es uno, entre muchos.Esasugerencia estableceque la deliberación sobre asuntos estratégicos deje de reservarse a la directiva de los partidos. En esos debates la presencia de los ciudadanos es decisiva. Sobre todo, en el análisis de los problemas, obstáculos y riesgos que les afectan. Igual ocurre con la definición de lasagendas y sus prioridades. En pocas palabras, la condición pública de las controversias sobre fines, medios, oportunidades y fechas de las acciones políticases lo que permite sopesar los deseos de los ciudadanos.En el tendido que la otra advertencia destaca queson las expectativas realizableslas que disparan el compromiso y la participación ciudadana.
La presentación de ideas y expectativas son determinantes para ganar esta confrontación con el oficialismo. Pues los hechos demuestran que Venezuela padece una enfermedad más radical que la debacle del presidente. Cantidad datos corroboran lo estructural del trance. Por ejemplo, en febrero los estudios muestran que 47% de la población cree que el gobierno tiene capacidad parar superar los problemas, mientras que 40% conserva expectativas positivas para el semestre próximo. Por si fuera poco, refieren que por lo menos 55% de los venezolanos siguen sin interesarse en la visión de la oposición. Por supuesto, no hace falta recodar que febrero fue el mes en el que se registró el pico más alto de la crisis de bienestar e inestabilidad.
La comunicación entre los dirigentes y la sociedad movilizada exige claridad y sinceridad. Las promesas insatisfechas alejarán la victoria. De allí que en el corazón de la opinión públicase tendrían que resituarexpectativas con las que las mayoría estén dispuestas a involucrarse,noaquellas que sólo conquisten la voluntad de unos pocossectores.
Alexis Alzuru
Profesor. U.C.V.